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Notimex

Al menos seis miembros de una familia, incluida una mujer embarazada y sus tres pequeños hijos, están entre las 26 personas que murieron acribilladas por un hombre que disparó tras ingresar la mañana de este domingo a una iglesia bautista en una comunidad al sureste de Texas.

Las autoridades aún no han identificado formalmente a las víctimas, pero familiares y miembros de la comunidad de Sutherland Springs, al sureste de San Antonio, comenzaron a difundir los nombres de algunas personas que murieron en lo que ya se considera la peor masacre en la historia de Texas.

Crystal Holcombe, una mujer que tenía ocho meses de embarazo, se encontraba entre los feligreses y murió en el ataque, así como tres de sus cinco hijos, reveló su primo, Nick Uhlig, al periódico San Antonio Express News.

Los otros dos hijos de la mujer están entre las 20 personas que resultaron lesionadas y que son atendidas en tres hospitales de la zona. En el ataque murieron también los suegros de Holcombe y abuelos de los niños.

Uhlig dijo al rotativo que su prima, originaria de la comunidad fronteriza de Del Rio, Texas, era una mujer sana que “ni siquiera bebía, fumaba ni nada; solo cuidaba a los niños, criaba cabras y hacía queso casero”.

El suegro, Bryan Holcombe, solía hacer ministerio religioso visitando las cárceles donde amenizaba a los reos con un ukelele.

Freeman Martin, director de los Rangers, el cuerpo élite de policía del Departamento de Seguridad Pública de Texas, informó en rueda de prensa la noche del domingo que las víctimas tenían entre cinco y 72 años de edad.

Entre los muertos había varios niños, además de los hijos de Holcombe, incluyendo a Emily Ward de ocho años de edad. Familiares informaron que su madre y otra de sus hermanas habrían resultado también lesionadas.

En el lugar, también falleció Annabelle Renee Pomeroy, la hija de 14 años de Frank Pomeroy, el pastor de la iglesia, quien este domingo se encontraba de viaje en Oklahoma.

«El cielo realmente ganó un ángel realmente hermoso esta mañana junto con muchos más», escribió el tío de la adolescente Scott Pomeroy, en su página de Facebook.

El tirador ha sido identificado como Devin Patrick Kelley, de 26 años de edad, de acuerdo con fuentes oficiales.

Kelley, quien vivía en la comunidad de New Braunfels, Texas, al noreste de San Antonio, murió poco después del ataque, luego de que dos residentes del área lo confrontaran y salieran en su persecución.

El pistolero era un exmilitar que había prestado servicio en la Fuerza Aérea en la Base Hollman en Nuevo México, pero fue juzgado por una corte militar en 2012 por cargos de agredir a su esposa e hijo y fue sentenciado a 12 meses de prisión. Luego fue degradado y dado de baja por «mala conducta» en 2014.

El motivo del ataque aún no está del todo claro, pero de acuerdo a las investigaciones Kelly dejó un rastro en las redes sociales que hacen sospechar que sentía rencor por todo lo relacionado con lo religioso.

En varios de sus escritos en Facebook se confesaba como ateo y describía a la gente que seguía a alguna religión como «estúpida».