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GlobalVoices/SinEmbargo/ Por Luis Carlos Diaz

La grave situación de los hospitales y de la salud en Venezuela continúa en aumento sin demasiada intervención del Estado ni atención de los grandes medios. Sin embargo, organizaciones no gubernamentales como Prepara Familia echa mano de los medios de internet para abrir una ventana a lo que se vive dentro de los pasillos de los hospitales y buscar ayuda. La organización hizo un video en la sala de nefrología del Hospital Juan Manuel de los Ríos, en Caracas, y presentó la difícil situación de los pacientes y de sus familias.

La gran cantidad de tiempo que pasan los pacientes en la sala de nefrología de aquel hospital han hecho que se creen lazos prácticamente familiares. Las madres crean una comunidad y se apoyan entre ellas para compensar las carencias del entorno y los retos de los tratamientos. Sin embargo, los cuidados que estas familias buscaban en el hospital tuvieron resultados adversos. Desde mediados de 2017 varios de los pequeños pacientes de la sala han muerto uno tras otro.

Aunque el Hospital lo niegue y las autoridades hayan buscado ocultarlo, algunas salas y equipos han dado señales de haberse contaminado. Estudios hechos por la Unidad de Tecnología de la Salud de la Universidad Simón Bolívar consiguieron coliformes totales, coliformes fecales y aerobios mesófilos. Las máquinas con las que le limpian la sangre a los niños se contaminaron y no fueron atendidas debidamente por razones de presupuesto. Así, quienes buscaron mejorar en un centro de salud lo que consiguieron fue empeorar.

En el video, las madres de los pacientes de la sala de nefrología del Hospital Juan Manuel de los Ríos cuentan las complicaciones que han venido con la falta de higiene en el hospital, como las infecciones que complican aún más el estado de salud de sus hijos. En general, los niños que necesitan diálisis van al menos dos veces a la semana a hacerse tratamiento para luego seguir con sus vidas normalmente.

Para muchas de las familias afectadas la verdadera epidemia es la gestión gubernamental. No hay recursos para los reactivos con los que se hacen los exámenes, y los costos son prohibitivos. No hay ambulancias para trasladarlos. Por momentos no había siquiera había comida en el hospital y dependían de donaciones.

El video se presentó el 5 de julio. En él hablan, por ejemplo, las madres de Deivis, Rafael y Cristhian, todos pacientes de la sala. Denunciaban la situación, la falta de mantenimiento, las infecciones constantes. Las denuncias las han hecho donde han podido, incluso delante de la Fiscalía del Ministerio Público, donde no les permitieron entrar con abogados. Los tribunales tampoco han aceptado los reclamos hechos por CECODAP, una organización dedicada a la defensa de los derechos humanos de la niñez que ha denunciado una y otra vez que se reconozca la emergencia.

Entre agosto y septiembre fallecieron los tres niños cuyas madres dieron testimonio en el video. El número de niños fallecidos por infecciones en la unidad asciende a siete hasta el momento. Así lo reportó en su momento la organización en la descripción del video:

A la fecha que fue grabado el video habían fallecido 3 niños (Raziel Jaure, Samuel Becerra, Dilfred Jimenez) y Daniel Laya falleció en los días de la grabación, lamentablemente contaminados con bacterias. El material audiovisual fue presentado en la audiencia Nro. 163 ante la CIDH celebrada el cinco de julio de dos mil diecisiete en Lima, Perú por Cecodap, Prepara Familia y Judith Bront la madre de Samuel Becerra, uno de los niños fallecidos. Desde entonces, tres niños más han fallecido producto de la contaminación que se vive en dicho centro de salud. Sus nombres eran: Deivis Perez, Rafael Velasquez y Cristhian Malave. Varias de las madres que aparecen en el video denunciaban la situación mientras sus hijos aún vivían.

El año 2017 llega a su fin y el hospital sigue contaminado. La respuesta del Ministerio Público ha sido pedir el cierre de la unidad y el traslado de los pacientes a otros centros de salud. Un tribunal consagrado a la protección de la niñez ha solicitado al Ministerio Público que garantice el acceso a los tratamientos médicos que los pacientes necesitan. Sin embargo, Katherine Martínez, presidenta de la organización Prepara Familia desmintió que la unidad hubiese sido cerrada. Según Martínez, “por cuestiones de operatividad el área y la planta de osmosis se mantienen operativas y esta última es la única apta en el país para recibir a pacientes pediátricos con menos de 20 kilos.”

Las madres de las víctimas siguen reuniéndose en los velorios y en las reuniones. También siguen denunciando, incluso a instancias internacionales. El video fue presentado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el máximo organismo de derechos humanos del continente, aunque el gobierno venezolano lo haya abandonado en 2013. Se sabe poco de la respuesta que pueda dar el Estado, que parece seguir en silencio a este respecto mientras da prioridad a la pugna política que continúa marcando al país.