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Notimex

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, acorralado por una serie de procesos por corrupción, y el diputado de extrema derecha Jair Bolsonaro, defensor del porte de armas, son los políticos al que las encuestas otorgan más opciones para un segundo turno en la crucial elección presidencial de finales de 2018.

Lula y Bolsonaro, situados en dos espectros totalmente opuestos del panorama político, copan las intenciones de voto en los últimos sondeos realizados en Brasil, donde los políticos tradicionales –azotados por la caída de la credibilidad por la corrupción- se hunden en las encuestas.

El sondeo publicado el pasado 30 de octubre por el instituto Ibope señala que Lula tiene el 35 por ciento de las intenciones de voto, por 13 por ciento de Bolsonaro, un exmilitar que llegó a defender en el Congreso brasileño a torturadores de la dictadura militar (1964-1985) y que es conocido por sus exabruptos contra homosexuales.

La tercera mayor candidata es la exministra de Medio Ambiente y tercera candidata más votada en 2014, Marina Silva (8.0 por ciento), mientras el gobernador de Sao Paulo, el liberal Geraldo Alckmin, apenas alcanza el 5.0 por ciento.

Ello significa que, si hubiera elecciones presidenciales hoy, Lula y Bolsonaro llegarían a una segund vuelta, dejando fuera a partidos tradicionales como el liberal PSDB, cuyo candidato Aécio Neves disputó en 2014 contra Dilma Rousseff el segundo turno.

Un estudio publicado este martes señala, además, que Bolsonaro tiene más intención de votos entre los votantes que suelen usar Internet para informarse, mientras el expresidente Lula es quien más apoyo tiene entre los que ven televisión, según el Ibope.

Tras la serie de turbulencias políticas que dejaron la controvertida destitución de Dilma Rousseff en 2016 y el mayor escándalo de corrupción en la historia reciente de Brasil (la Operación Lava Jato), las elecciones de 2018, que se celebrarán en octubre y noviembre, son consideradas una de las más cruciales para la renovación política en el país, pero también para sentar los cimientos de un crecimiento que no llega.

Lula, que lleva meses afirmando que será candidato y ya recorrió en caravana pre-electoral estados como Bahía y Minas Gerais, está amenazado sin embargo de quedar inhabilitado por los procesos de corrupción contra él.

El expresidente de Brasil ya fue condenado en julio a nueve años y seis meses de prisión por corrupción y lavado de dinero, una sentencia que, en caso de ser confirmada en segunda instancia en los próximos meses, dejará al exmandatario fuera de la carrera presidencial en los comicios de 2018

La ley en Brasil –denominada “Ficha Limpia”- impide que cargos electos ejecutivos sean disputados por condenados en segunda instancia en casos, por ejemplo, de corrupción.