En un cambio notable, el presidente Donald Trump desistió este martes de su retórica agresiva hacia Corea del Norte al indicar que está dispuesto a negociar.
Además, exhortó a Pyongyang a llegar a un acuerdo.
Tiene sentido que Corea del Norte se siente a la mesa y llegue a un acuerdo que sea bueno para la gente de Corea del Norte y para el mundo», señaló Trump durante una rueda de prensa junto al presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in.
Sí veo algo de movimiento».
En su primera jornada en la península coreana, el magnate presionó a Pyongyang para que abandone su plan armamentista nuclear, pero en tono optimista insinuó confiado, aunque vagamente, que al final, todo se resolverá.
Y si bien dijo que Estados Unidos podría utilizar la fuerza militar si fuera necesario, se mostró más partidario que nunca de gestionar las crecientes tensiones mediante la diplomacia.
Trump expresó que ha visto mucho progreso en relación a Corea del Norte, aunque no llegó a decir que quisiera conversaciones diplomáticas directas.
El mandatario también destacó las opciones militares de Estados Unidos, señalando que en la región se habían desplegado tres grupos de portaaviones y un submarino nuclear.
«Dios mediante, esperamos que nunca tengamos que emplear las opciones militares”, comentó.
En un banquete por la noche, Trump dijo que «mañana (será) un día emocionante por muchas razones que la gente descubrirá», pero no entró en detalles.
No hubo amenazas de desatar «fuego y furia» sobre el país, cómo advirtió el presidente en una ocasión, ni se mencionó el apodo peyorativo de Trump para el dictador norcoreano, «El hombrecillo de los cohetes».
Durante su primer día en Corea del Sur, el magnate bajó el tono tras comentarios más agresivos sobre Corea del Norte.
Sí afirmó que el gobernante norcoreano amenaza millones y millones de vidas, de forma muy innecesaria, e hizo hincapié en uno de los objetivos principales de su largo viaje por Asia: reclutar a muchos países en la región, como China y Rusia, para cortar los salvavidas económicos de Corea del Norte como forma de presión para que renuncie a su programa nuclear.
Moon, que se ha esforzado por consolidar una amistad con Trump, dijo que esperaba que la visita del presidente de EU fuera un punto de inflexión en el pulso con Pyongyang y agregó que los dos líderes habían acordado resolver la cuestión nuclear de Corea del Norte de una forma pacífica que lleve paz permanente a la península.