El líder de la Asamblea Nacional (Congreso) de Venezuela, Julio Borges, dijo hoy que la Ley contra el Odio que aprobó la Asamblea Constituyente lo que hace es promover la intolerancia, es un «escándalo mundial».
“Esta Ley contra el Odio es una ley del odio. No es para frenar el odio, lo que promueve es odio, división y destrucción de la libertad. Es contraria a los valores de los venezolanos, busca sembrar el miedo en los medios de prensa, entre los ciudadanos en las redes sociales y pretende castigar a los partidos políticos con la ilegalización”, señaló en rueda de prensa.
La Constituyente, que está dominada por el chavismo y reclama tener poderes plenipotenciarios, aprobó el miércoles la llamada Ley de Odio, que castiga la promoción la intolerancia con penas de cárcel.
Además, planea inhabilitar a partidos políticos que promueven acciones violentas, el odio, la intolerancia y el fascismo, además de sancionar a los medios de prensa que divulguen mensajes contra la paz.
Borges dijo que el gobierno “se equivoca” si piensa que puede con esta ley contener los sentimientos de libertad los venezolanos a través de la “represión y el miedo”.
“El gobierno está en una situación límite. Los venezolanos tienen hambre de alimentos y medicinas, pero también de libertad. Esa ley busca detener en anhelo de libertad que tienen los venezolanos. Esa ley es un escándalo mundial, busca callar la voz del pueblo venezolano y eso significa la negación de los que somos como un país libre”, indicó.
Borges anunció en la rueda de prensa que la oposición acogió un plan para iniciar un proceso de diálogo con el gobierno, que sea acompañado por una facilitación internacional.
Agregó que el propósito es rescatar la institucionalidad del voto para hacer de las presidenciales de 2018 unas elecciones justas y transparentes.
El jefe de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional, Luis Florido, explicó que la oposición cuenta con el compromiso de México, Chile y Paraguay para actuar como facilitadores del diálogo.
Asimismo, espera que el gobierno defina un tercer país aparte de Bolivia y Nicaragua para emprender una negociación.
“Sabemos que en estos procesos internacionales lo fundamental es la formalidad. Hemos construido un proceso que sea formar, estamos esperando una fecha para dar inicio. Estamos listos para abordar este proceso de facilitación”, explicó.
Florido dijo que la nueva etapa de diálogo con el gobierno será distinta a los intentos que no tuvieron resultados este año, realizados en República Dominicana, ya que los facilitadores internacionales darán seriedad a los compromisos que se alcancen.
Señaló que el punto clave de las negociaciones será renovar el Consejo Nacional Electoral (CNE), que la oposición acusa de estar parcializado hacia el gobierno, para rescatar el valor del voto como herramienta para cambiar un gobierno.