El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, presionado por su partido, el ejército y las manifestaciones de la población para que dimita tras 37 años en el poder, dará un discurso televisado el domingo por la noche, anunció la televisión nacional del país africano, ZBC (Zimbabwe Broadcasting Corporation).
Las unidades móviles de la ZBC se encuentran en la sede de la Presidencia, donde el jefe de Estado y los altos mandos de las Fuerzas Armadas mantuvieron hoy una reunión.
Aunque no se ha anunciado un horario, el mensaje llegará en una jornada marcada por el ultimátum enviado por la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), partido cofundado por Mugabe, para que el presidente dimita antes del mediodía de mañana o enfrentar un juicio político.
La ZANU-PF le destituyó como número del partido y nombró en su lugar al exvicepresidente Emmerson Mnangagwa, además de nominar a este último como candidato para las elecciones presidenciales de 2018.
También expulsó del partido a la primera dama, Grace Mugabe, y a varios de sus aliados políticos, incluidos varios ministros.
Los militares tomaron el control de Zimbabue en la noche del martes al miércoles y, en un mensaje emitido de madrugada en la tomada televisión nacional, explicaron que no se trataba de un golpe contra el presidente, sino de una operación contra «criminales» de su entorno.
Un día antes habían advertido públicamente que se tomarían «medidas correctivas» si Mugabe continuaba con la purga de los miembros más veteranos del partido.
En el trasfondo de esta declaración se leyó la destitución del hasta la semana pasada vicepresidente, Mnangagwa, un incondicional del partido y veterano de guerra al que se había opuesto Grace Mugabe con reiterados ataques verbales.
Con Mugabe ya confinado en su residencia, las Fuerzas Armadas arrestaron también a tres ministros afines a la primera dama.
Las Fuerzas Armadas tratan de reforzar la idea de que no se trata de un golpe de Estado, algo que sería rechazado por la comunidad internacional.
Pese a la tensión política, las calles del país se han mantenido en relativa calma y los zimbabuenses se echaron este sábado masivamente a la calle para pedir la dimisión del presidente.