La basura que se acumula en el océano profundo es preocupante, ya que su descomposición libera metales pesados y toxinas que pueden dañar la vida marina, advirtió el ecólogo mexicano Exequiel Ezcurra.
En una entrevista con EFE, el director del Instituto de la Universidad de California para México y Estados Unidos habló de su experiencia en la expedición que realizó hace unos años en los fondos profundos del Golfo de California.
“Me sentí muy mal cuando buceamos a 500 metros de profundidad, en donde todo está oscuro, y al encender el reflector del submarino encontramos una llanta”, comentó.
“Una de las cosas que me impresionó, al nivel de la depresión, fue que posiblemente nosotros éramos los primeros seres humanos que estábamos a esa profundidad y encontramos latas de cerveza, llantas, basura”, relató.
El océano profundo, que se extiende por miles de kilómetros sin barreras físicas o biológicas, se define como la porción localizada a profundidades mayores de 200 metros.
Ezcurra participó en la realización de la serie de cortometrajes Números naturales junto con Octavio Aburto, explorador de National Geographic, y Jaime Rojo, de la Liga Internacional de Fotógrafos para la Conservación.
La serie de siete cortos expone la importancia de los servicios ambientales de los océanos, da a conocer el valor del capital natural y presenta los retos para salvaguardar la biodiversidad de los ecosistemas marinos.
“Para el 2050, tendremos en los océanos la misma cantidad de plástico que peces”, alertó Aburto, quien destacó la importancia de concienciar a la población sobre la salud de los océanos.
Ezcurra también advirtió sobre el uso de los submarinos profundos, “cada vez más disponibles para mucha gente”, ya que pueden perturbar el comportamiento de la fauna y modificar lugares frágiles en el fondo.
Con el avance de la tecnología, cada vez será más frecuente el alquiler de un submarino de aguas profundas “para turistear”, indicó el experto, quien considera positivo llegar hasta las profundidades marinas solo si “despierta una conciencia conservacionista y una pasión por la naturaleza”.
Los creadores de Números naturales consideran que la ciencia ha producido información valiosa que, por su lenguaje complejo o difícil acceso, no ha llegado a las manos de tomadores de decisiones y a diversos sectores de la sociedad.
La serie, dirigida al público general, se complementa con un portal científico que fomenta la participación activa de sociedad civil, Gobierno y academia.
Los mares mexicanos tienen en promedio una profundidad de 3 mil metros. A pesar del área extensa que abarcan, su conocimiento actual aún es limitado.
Ezcurra señaló que el escaso financiamiento para el estudio de este tipo de hábitats es uno de los grandes retos de las próximas décadas, y destacó que los océanos deben ser lugares sagrados.