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Infobae

El salario mínimo sufrió un incremento de 8.32 pesos para llegar a 88.36 pesos diarios, una cifra muy baja e insuficiente para la mayoría de los mexicanos.

El futbol es el deporte más popular en México y sus fanáticos tendrían que dejar de comer literalmente, con tal de seguir por todas partes a su equipo favorito.

Ir al estadio, comprar la playera del equipo, son lujos que pocas personas se pueden dar.

Por ejemplo, en el duelo de ida de los cuartos de final del Apertura 2017, entre Atlas y Monterrey, el boleto más barato en el Estadio Jalisco es de 160 pesos, equivalente a dos días de trabajo.

El boleto en la zona VIP del estadio tiene un costo de 1 mil 400 pesos, por lo que una persona tendría que ahorrar una quincena de trabajo para acceder a un boleto.

Para conseguir las playeras originales de los equipos están en el rango de mil hasta 2 mil 200 pesos, una verdadera fortuna para alguien que gana el salario mínimo.

Aficionado americanista. Foto: Antonio Cruz, Cuartoscuro

El Clásico Joven es “más accesible” para los bolsillos de los mexicanos.

El boleto más caro es 702 pesos, equivalente a 8 días de salario mínimo, donde el fanático del América o Cruz Azul no podría gastar nada.

Una cerveza en los estadios ronda en los 80 pesos y algo de comer mínimo 50, por lo que las personas sacrificarían dos días de salario mínimo por un gusto mientras disfruta de un partido de futbol.

El futbol se está convirtiendo en un deporte donde la gente que gana el salario mínimo no existe.