En campaña virtual que dura ya varios meses desde el verano anterior, sólo faltaba la confirmación oficial que el presidente Vladimir Putin hizo este miércoles al anunciar que aspira a ocupar el Kremlin durante un nuevo periodo de seis años hasta 2024.
A pregunta de un obrero –en una fábrica de autómoviles que, en la ciudad de Ninzhny Novgorod, celebraba el 85 aniversario de su fundación–, el mandatario, de 65 años de edad, dio a conocer por fin su intención de presentarse como candidato en las elecciones presidenciales del 18 de marzo de 2018.
Horas antes, al hablar en la ceremonia de entrega del premio Voluntario de Rusia, Putin dejó en suspenso la respuesta a la misma pregunta y dijo que tomaría una decisión acerca de participar o no en las próximas elecciones “a la brevedad posible”.
Putin, de modo repentino, cambió de opinión y algunos creen que optó por adelantar el anuncio –esperado por lo demás– debido a la reciente decisión del Comité Olímpico Internacional de excluir a Rusia de los siguientes Juegos Olímpicos de Invierno, que los medios de comunicación públicos de este país –al margen de si hubo o no dopaje tolerado por el Gobierno–, presentan como un ataque directo contra la política independiente del Kremlin.
Los partidarios de esta hipótesis sostienen que, mientras los operadores de la Oficina de la Presidencia rusa seguían buscando qué discurso novedoso ofrecer a los votantes, la inesperada humillación del olimpismo ruso puede dar un impulso a la campaña oficial de Putin.
Porque en este momento –dicen– el principal problema que detectan los sondeos de opinión es que sólo menos de la mitad del padrón piensa acudir a las urnas en marzo y, con esa participación, es casi imposible lograr la meta de 70-70, que puertas adentro fijó el Kremlin para presentar como contundente la victoria de Putin: 70 por ciento de los votos depositados con 70 por ciento de asistencia.
Ahora –pronostican– la televisión pública, decisiva en amplios sectores del electorado, se encargará de encomiar al candidato que no va a desprovechar ocasión de atribuir todos los males –del deterioro del nivel de vida de la mayoría de la población al injusto castigo a los deportistas– a la firme defensa de la soberanía y los intereses de Rusia.
Putin, de acuerdo con las filtraciones inevitables, tenía previsto hacer el anuncio durante la reunión solemne del Consejo de la Federación (Senado) de Rusia, el 15 de diciembre siguiente, cerrando así el calendario político de este 2017.
La cargada oficialista ya comenzó a manifestar adhesiones y pleno respaldo a Putin, que sumando el periodo que se desempeñó como primer ministro, cuando se produjo el enroque con su subordinado, Dimitri Medvediev, lleva 18 años al frente de Rusia, tras sustituir a Boris Yeltsin.