El Real Madrid firmó un triunfo de orgullo, reaccionando a un nuevo exceso de confianza tras ver igualados dos tantos de ventaja, con un tanto final de Lucas Vázquez en la competición a la que tiene tomada la medida Cristiano Ronaldo, que firmó pleno de goles en todas las jornadas de la fase de grupos.
Había avisado Cristiano nada más iniciar el partido con un disparo que mostraba las dudas de Roman Bürki en el arco, que detenía como podía en dos tiempos. Y en una acción del portugués, que partía desde banda izquierda, Isco no controló en carrera y el balón cayó a Mayoral que definió con calidad picándolo a la salida del portero rival.
Real Madrid le metió intensidad y Cristiano firmó con un golazo el registro que buscaba al marcar en todas las jornadas de la fase de grupos. En la frontal, sin la ansiedad que le atenaza en Liga, lanzó un control orientado a la derecha y chutó al poste largo con una preciosa trayectoria del balón que acarició la escuadra.
El Dortmund era una caricatura de equipo. Se jugaba acceder a la Liga Europa y salió al césped como si él fuese el clasificado para octavos. Resucitó gracias a errores madridistas.
Pierre-Emerick Aubameyang comenzó a mostrar sus cualidades, de inicio perdonando lo que un matador no falla. Tras pase rompiendo líneas de Bartra se vio solo ante Keylor Navas y disparó cruzado sin encontrar puerta.
Raphael Varane sentía molestias musculares y no forzaba viendo el estado de la defensa madridista para medirse al Sevilla. Entraba Marco Asensio, Lucas Vázquez pasaba al lateral derecho y Nacho al centro de la defensa. Entró frío Asensio y un exceso de confianza costó el gol que metía en el partido al Dortmund a dos minutos del descanso. No atacaba el balón, se adelantaba Schmelzer que sacaba un gran centro de zurda que remachaba a la red en plancha Aubameyang.
Otro error de concentración, con la defensa pasiva ante el ataque rival, confirmaba la reacción alemana. Gran gesto de Kagawa y mano a mano Aubameyang ante Keylor, que salvaba la primera pero nada podía hacer con el balón picado tras el rechace.
Nacía un nuevo partido en el Bernabéu con el Real Madrid teniendo que elegir el camino de las dudas de sus últimos partidos o el de la reacción con orgullo pese a no jugarse nada. Optó por la segunda, con su nombre siempre en juego en la competición de la que es el rey en títulos, e inició un asedio.
Primero fue con el dominio de balón y finalmente con ocasiones hasta que encontró el premio del gol.
La entrada de Dani Ceballos daba mayor calidad a las posesiones y después de otros tres lamentos por ocasiones perdonadas por Cristiano y el mayor tras un gol suyo mal anulado, de la lucha de Mayoral con el portero por un mal despeje al cielo de la defensa, llego el rechace que enganchó ajustado al poste Lucas Vázquez para dar un triunfo de orgullo.