El empresario brasileño Marcelo Odebrecht, ex presidente de la firma de ingeniería civil homónima y eje central del escándalo internacional Lava Jato (Lavado de Autos), dejó este martes la prisión y continuará cumpliendo bajo arresto domiciliario su condena por corrupción.
El empresario permaneció detenido dos años y medio en una prisión de la sureña ciudad de Curitiba, después de haber sido sentenciado el año pasado a 31 años y medio de cárcel por los cargos de corrupción activa, lavado de dinero y asociación delictiva en dos causas relacionadas con Lava Jato.
Odebrecht, de 49 años, pasará a cumplir su sentencia en su domicilio gracias a un acuerdo de cooperación judicial («delación premiada») realizado con la Fiscalía de Brasil, y del cual forman parte otros 76 ejecutivos de la empresa, uno de las gigantes mundiales del sector de la construcción.
El acuerdo de cooperación determina que el empresario cumpla un total de 10 años de condena. Asimismo, en el caso de que Odebrecht viole su arresto domiciliario o que la Justicia compruebe que las informaciones que suministró en su acuerdo de «delación premiada» no sean verdaderas, puede volver a prisión para cumplir su pena.
A partir de hoy, el empresario deberá cumplir dos años y medio de arresto domiciliario en la residencia familiar localizada en el barrio Morumbi, de la ciudad de Sao Paulo, sin poder salir, y será controlado por las autoridades mediante una tobillera electrónica.
Después de ese período, Odebrecht cumplirá otros dos años y medio de régimen semiabierto -tendrá salidas controladas durante el día, menos fines de semana y festivos-, mientras que durante el resto de la sentencia tendrá libertad de movimiento, con excepción de los fines de semana y festivos.
Marcelo Odebrecht estaba en prisión efectiva desde junio de 2015 y fue condenado dos veces por cargos de corrupción en el marco de Lava Jato, la megacausa que desde hace tres años investiga posibles tramas de corrupción entre el sector privado y sus contratos con empresas del Estado.
Por Lava Jato han sido investigados decenas de empresarios del país sudamericano y ha salpicado tanto a políticos del oficialismo como de la oposición.
En el marco de esta megacausa, el Grupo Odebrecht es una de las empresas contratistas que ha recibido más acusaciones por sus negocios con el Estado, no solo en Brasil, sino también en países de América Latina y África.
Hace un año, la Justicia de Estados Unidos dio a conocer la magnitud de los pagos hechos por Odebrecht a políticos y funcionarios públicos de diferentes países para asegurarse contratos de infraestructura en los países donde actuaba, según lo admitido por la propia empresa.
El monto desembolsado por la compañía fue cifrado entonces por las autoridades estadunidenses en más de 785 millones de dólares entre 2001 y 2016.