La ola de calor que afecto el fin de semana gran parte de Australia, provocó la muerte de cientos de murciélagos de fruta en la ciudad de Sidney, donde los termómetros registraron temperaturas récord de hasta 47.3 grados centígrados.
El clima cálido del fin de semana provocó que algunos murciélagos de fruta, principalmente jóvenes, sucumbieran a un golpe de calor, y más de 500 murieron”, denunció este martes la organización, WIRES, un grupo de rescate de vida silvestre.
La mayoría de las muertes se registraron en el suburbio de Campbelltown, en el centro de Sidney, dónde el calor fue demasiado fuerte para soportarlo, indicó Cate Ryan, rehabilitador de la organización, según reporte de la agencia australiana AAP.
Cuando las temperaturas se ponen tan calientes, es bastante perjudicial para cualquier colonia de murciélagos», destacó Ryan, tras subrayar que «el domingo fue una pesadilla absoluta».
Sidney sufrió el domingo pasado un día extremadamente caluroso, con temperaturas récord de hasta 47.3 grados centígrados, cerca del nivel histórico de 47.8 grados, registrado en 1939.
La Oficina Meteorológica del estado de New South Wales (NSW) informó que a las 15:25 horas locales (05:25 GMT) del 7 de enero pasado, los termómetros llegaron hasta los 47.3 °C en el suburbio occidental de Penrith.
Este fue el día más caluroso de la ciudad en 79 años, quedando debajo del récord histórico de 47.8 en 1939”, destacó la Oficina en un mensaje en su página oficial en Twitter en el que llamó a la población a extremar precauciones.
Voluntarios del grupo WIRES lograron rescatar y rehidratar 120 pequeños murciélagos al bordo de la muerte, mientras otros 40 fueron llevados a salas de cuidados intensivos de hospitales veterinarios por la grave situación en que fueron encontrados.
Ryan consideró que las altas temperaturas, provocadas por el cambio climático, representan un grave impacto en el ecosistema en general de Australia, con consecuencias altamente preocupantes.
A medida que aumenta la temperatura, estas situaciones podrían escalar debido a que estos animales son clave, sin ellos no tenemos la dispersión de semillas, lo que significa que no habrá forestación. No tendremos la renovación del bosque porque no estarán allí», dijo.
La muerte masiva de murciélagos del fin de semana no es la primera que se registra en Australia por las altas temperaturas, luego de que en febrero de 2017, miles murieron también en New South Wales (NSW), Riverina y Hunter, mientras que decenas de miles murieron en el sureste de Queensland en enero de 2014.