En los Juegos Divisionales de este fin de semana en la NFL existe una coincidencia en cada uno de los cuatro partidos: que en el emparrillado habrá un quarterback con experiencia de Super Bowl, y con el otro equipo un neófito en este tipo de duelos.
De los ocho quarterbacks en los Juegos Divisionales, cuatro han jugado un Super Bowl y tres de ellos han ganado al menos uno, mientras que de los otros cuatro, tres han jugado apenas un partido de playoffs, y uno hará su debut en postemporada. Así de dispar.
Tom Brady, con los Patriotas, Ben Roethlisberger, con Acereros, y Drew Brees, con los Santos, tienen cinco, dos y un anillo de campeón de la NFL, respectivamente.
El pasador de Atlanta, Matt Ryan ya sabe lo que es jugar en un súper domingo, aunque perdió justamente el año anterior en contra de Brady. Del otro lado, Marcus Mariota, de los Titanes, y Blake Bortles, de los Jaguares, tienen apenas un partido en postemporada, el de la semana anterior.
Mientras que Nick Foles, de las Águilas, jugó uno de postemporada en 2014 y lo perdió, precisamente en contra de Brees.
El otro quarterback, Case Keenum, de los Vikingos, debutará en este tipo de partidos.
Los equipos de pasadores con experiencia salen como favoritos para ganar su partido del fin de semana y avanzar al Juego de Campeonato; solamente Brees sale desfavorecido ante Keenum.
Lo que favorece al debutante no solamente es que el partido se juega en Minnesota, sino que además los Vikingos contaron con la mejor defensa de la NFL en temporada regular.
Entre los favoritos, Ryan y los Halcones son los únicos visitantes, y todo debido a la lesión del QB titular de Filadelfia, Carson Wentz, y la inexperiencia de Foles y sus pobres números en las últimas dos semanas.