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El Financiero

La planta de ensamblaje de General Motors (GM) en Silao, en el corazón automotor de México, produjo más de 400 mil camionetas en 2017 y es pilar del lanzamiento de una nueva generación de Chevrolet Silverado. Pero ahora, esa fábrica y sus ganancias están riesgo.

Si el presidente estadounidense Donald Trump cumple su amenaza de abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte(TLCAN), las camionetas construidas en Silao y enviadas a Estados Unidos podrían pagar un arancel del 25 por ciento, conocido en la industria automotriz como el «chicken tax» (impuesto al pollo).

Los orígenes del impuesto se remontan a una disputa comercial de 1960 entre Estados Unidos y Alemania sobre las exportaciones de pollos del país americano. El arancel protegió las ganancias de las automotrices de Detroit por años, pero ahora podría arruinar la rentabilidad de las camionetas de GM.

Además, podría poner en peligro miles de puestos de trabajo en ambos lados de la frontera y miles de millones de dólares en inversiones de los fabricantes de automóviles.

En días recientes, GM inauguró una línea de producción para una nueva transmisión de 10 velocidades en Silao, y a fines del año pasado empezó a contratar 600 nuevos empleados, dijeron fuentes, reafirmando su apuesta por una de las categorías de producción en el exterior más lucrativas para las automotrices estadounidenses.

Personas familiarizadas con los planes de GM dijeron que la compañía cambiará la producción de un pequeño número de camionetas de trabajo pesado de la próxima generación de Silverado y Sierra a una planta en Flint en Michigan.

La presidenta ejecutiva de GM, Mary Barra, no respondió directamente cuando se le preguntó el sábado si la compañía está considerando terminar la producción de camionetas en México. «Vamos a seguir trabajando constructivamente para modernizar el TLCAN», dijo.

La semana pasada, Fiat Chrysler Automobiles dijo que trasladará la producción de camionetas Ram de México a Michigan en 2020.

En un evento el sábado para promover la Silverado 2019, los ejecutivos de GM dijeron que México es una parte importante de la fabricación de la automotriz en Norteamérica.

«La camioneta que fabricamos en México, los motores vienen de Estados Unidos», dijo a los reporteros el jefe de General Motors, Alan Batey. «Todo está interconectado».

Fracaso del TLCAN, pérdida para todos

El TLCAN ha ayudado a transformar el estado de Guanajuato, donde se encuentra Silao. Su parque industrial está repleto de trabajadores en las docenas de nuevas y brillantes oficinas de fabricantes de automóviles y proveedores de servicios de países como Japón, Alemania, Estados Unidos y México.

Cerca de 200 mil empleos directos e indirectos dependen del sector automotor en Guanajuato. Se estima que el 46 por ciento de las camionetas pickup de México se producen en la región.

El complejo de fabricación de GM en Silao es parte de una red de fábricas propiedad de GM y sus proveedores que se extiende también a Canadá y Estados Unidos y es una de las tres principales plantas de ensamblaje para la próxima generación de grandes camionetas y utilitarios deportivos de GM.

Los motores para camiones ensamblados en Silao provienen de las fábricas de GM en Estados Unidos. En total, GM dijo que tiene más de 5 mil empleados en las plantas estadounidenses con trabajos vinculados a la producción en Silao.

En Norteamérica, las operaciones de GM se encuentran principalmente en Estados Unidos, donde hay 40 fábricas que se comparan con las cuatro de México.

Los planes de la automotriz para construir la próxima generación de camionetas Silverado y componentes relacionados en México están demasiado avanzados como para revertir el rumbo en el corto plazo sin perder dinero, dijeron expertos y funcionarios de la compañía.

El jefe de compras globales de GM, Steve Kiefer, dijo a Reuters que los proveedores del programa de camionetas también han realizado inversiones considerando la producción que cruza la frontera entre Estados Unidos y México. «La capacidad instalada es tal que sería prohibitivo hacer grandes cambios», dijo.

Funcionarios de Estados Unidos, Canadá y México tienen previsto reunirse en Montreal la próxima semana para la sexta y ronda de conversaciones para actualizar el TLCAN.

«Seguramente habrá una negociación (del TLCAN) positiva. No creemos que esto vaya a llegar a una situación destructiva porque finalmente es un perder-perder», dijo Alfredo Arzola, jefe del cluster automovilístico de Guanajuato.

Durante los primeros 10 meses de 2017 GM, Fiat Chrysler, Nissan y Toyota exportaron casi 700 mil camionetas desde México, principalmente a Estados Unidos, de acuerdo con los datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).

Los ejecutivos de GM enfatizaron en que el 80 por ciento de las camionetas que comercializan en Estados Unidos son de fabricación estadounidense.

Flexibilidad 

En caso de un colapso del TLCAN, los fabricantes de automóviles podrían eventualmente cambiar la producción de camionetas a Estados Unidos y traer vehículos compactos y SUV a México, dijeron expertos y funcionarios de la industria.

«GM tiene cierta flexibilidad (…) de volver a hacer puras camionetas utilitarias, como el Suburban», dijo un funcionario mexicano.

Bajo ese escenario, las exportaciones mexicanas de camionetas todoterreno a Estados Unidos evitarían el fuerte impuesto y estarían sujetas a un arancel de solo un 2.5 por ciento.

Fiat Chrysler dijo que usará la planta mexicana, en donde ahora construye camionetas, para ensamblar un vehículo comercial destinado a los mercados globales, aprovechando los acuerdos de libre comercio de México.