Con la controversia de sus declaraciones sobre los “países de mierda” dando todavía mucho de que hablar, el presidente Donald Trump mantuvo hoy un bajo perfil en el día que Estados Unidos hizo una pausa para honrar la memoria de Martin Luther King.
A diferencia de su predecesor Barack Obama, quién usualmente dedicó la fecha a realizar tareas de trabajo comunitario junto con su familia, y así honrar el legado del ícono de los derechos civiles, Trump optó por continuar perfeccionando su juego de golf en su lujoso club de Mar-a-Lago en Florida.
Fuera de su retorno a Washington esta tarde, la agenda del mandatario no incluyó eventos públicos para este día, en que la controversia sobre sus declaraciones del pasado jueves continuó dominando la mayoría de los espacios noticiosos del país.
En lo que parece ser su norma para responder a controversias, el mandatario negó la noche del domingo las acusaciones de que sea un racista, derivado de su referencia soez hacia países con poblaciones mayormente de raza negra o de hispanos y su pública predilección por aquellos con población de raza blanca.
Respondiendo a la pregunta de un reportero durante una breve aparición con el líder republicano Kevin McCarthy, el mandatario rechazó ser un racista y aseguró a los comunicadores que “soy la persona menos racista que ustedes hayan entrevistado”.
La negativa de su propia boca ocurrió 72 horas luego que tuvo la oportunidad para hacerlo durante la firma de una proclama por el día de Luther King, optando por ignorar las preguntas al respecto que reporteros le hicieron cuando abandonaba el salón de la Casa Blanca donde se efectúo el acto, el pasado viernes.
Su declaración empero pareció no sólo ser tardía sino insuficiente para aplacar el malestar público provocado por sus palabras.
“Yo creo que es un racista”, declaró el domingo a la cadena televisora ABC el congresista demócrata por Georgia, John Lewis, uno de los legisladores afroestadunidenses más respetado en la arena de derechos civiles por haber trabajado al lado de Martin Luther King en esa lucha.
El cardenal Timothy Dolan, arzobispo de la Arquidiócesis de Nueva York, sumó este lunes su voz al descontento, en un mensaje en su cuenta Twitter a propósito del feriado en honor a Luther King.
“Reverendo King, mi compañero pastor, lo extrañamos más que nunca. Usted sostuvo de manera poderosa la dignidad de cada ser humano, hecho a imagen y semejanza de Dios. Usted nos recordaría hoy que ningún país es un ‘agujero’, y que ninguna persona es indigna de respeto”, dijo.
La palabra ‘agujero’ pareció ser una clara alusión a la palabra en inglés “shithole” utilizada por Trump para referirse a naciones como Haití, El Salvador y algunas de África.
El excandidato presidencial republicano Mitt Romney, quien durante la pasada campaña presidencial fue un duro crítico de Trump, a quien calificó como un estafador, recurrió también a Twitter para pronunciarse sobre la fecha y la controversia.
“La pobreza del país de origen de un inmigrante aspirante es tan irrelevante como su raza. El sentimiento atribuido a POTUS es inconsistente con la historia de Estados Unidos y antitético a los valores estadunidenses”, dijo Romney, utilizando al acrónimo popular para referirse al presidente del país.