“José Joaquín Blanco.”
Uno de los colabores permanente de la Revista Nexos es el escritor José Joaquín Blanco, quien ha desarrollado una importante trayectoria en los géneros de la novela, el teatro, la poesía, el ensayo, constantemente escribe artículos de crítica literaria, crónicas periodísticas, y es precisamente a través del libro de crónicas titulado: “Función de medianoche”, como acercamos al público lector al destacado escritor y colaborador de Nexos José Joaquín Blanco.
“Función de medianoche” fue publicado en 1981, José Joaquín en diversas entrevistas ha declarado que su principal preocupación consiste en escribir una literatura democrática y en éste libro logró de manera categórica su objetivo, porque en todas las crónicas y artículos que integran la obra, su lectura es sencilla, flexible, su lenguaje está lejos de la rigidez académica y mucho más alejado del lenguaje de los mass-media.
Otra característica que distingue al libro es que los temas que aborda son cotidianos, rutinarios, vigentes en el contexto que los escribió, aclarando que esa cualidad es lo que le da un valor especial al libro, porque aquí conoceremos desde la visión del autor su posición sobre la sexualidad, la homosexualidad, la política educativa del Estado mexicano, el desenvolvimiento de la clase media, los complejos y arrogancia de la clase burguesa, crónicas sobre la vida del mercado, son gran cantidad de temas desarrollados por José Joaquín los cuales subtituló: “Ensayos de literatura cotidiana.”
En casi todos los artículos el autor realiza una fuerte crítica a la clase media, de hecho a pesar de la gran variedad temática, José Joaquín señala que el hilo conductor del libro es la clase media urbana: “El México inhabitable de millones de clasemedieros presos en la ansiedad de creerse pequeños potentados; y que antes muertos que asumirse como trabajadores, aun como trabajadores privilegiados. Una cultura de irrealidad y ambiciosas y ridículas presunciones: toda la vida, todo el cuerpo es un potentadito; y ahí estamos construyendo palacios de plástico en miniatura en los tres o cuatro cuartos de un condominio, buscando abolengos y heráldicas en compadrazgo redituables, pujando un poco más, cada clasemediero puede hacerla de amo, de dueño, de patrón, para ver quien se lo cree. La soledad clasemediera.”
Partiendo de lo antes explicado, desde un inicio nos encontramos con artículos críticos, sarcásticos, muy descriptivos y apegados a la realidad, el escritor manifiesta que hasta en la formación sexual los medios de comunicación de masas influyen en nuestras conductas, los mass-media nos enseñan como pensar, como vestir, somos seres conducidos y acomplejados, vivimos para satisfacer no nuestros deseos y gustos, sino los que nos impone una determinada sociedad, un determinado grupo, esta conducta dirigida la encontramos en todas las facetas de nuestras vidas y el primer ejemplo que compartiré se encuentra en el artículo titulado: “La traición a la cultura,” en el cual José Joaquín escribe lo siguiente.
“Nuestra cultura cotidiana nos lleva a ver en los objetos cosas independientes del modo en que se produjeron: un cuadro es un cuadro como una sopa enlatada; y no hay más. La cultura, como toda mercancía, es un objeto con una utilidad trivial e inmediata. Las escasas veces que leemos a Shakespeare (si es que se lee) es para estremecernos con las palabras de amor, odio, naturaleza, etcétera.
Las obras y los autores se ven conferidos de un status social prestigioso dentro de la jerarquía actual; no valen por lo que valen en sí, sino por el lugar en que están. La historia de la cultura, así difundida, cobra una razón de ser perfectamente inteligible para nuestro modo de vida, una ambición para trepar escalones más altos de la jerarquía. La rara vez que leemos a Shakespeare, más que descubrir la obra en sí, descubrimos algo que nos es más familiar: cómo fue trepando en su carrera al éxito. Lo peor es que estos mecanismos no son solamente obras de ricos y políticos, sino en los propios artistas actuales, principalmente en el multitudinario medio pelo. Los vemos declarar, posar, comportarse, hacer sus obras publicitadas y deleznables con la finalidad precisa de conquistar, como fin, no la obra misma, sino los mecanismos de la mediatización.”
Somos personas altamente influenciables y seguramente hasta el más puro no podrá salir librado de la enorme influencia de los medios masivos de comunicación, sin embargo, la verdadera cultura debe servir precisamente para alertarnos y no aletargarnos, la reflexión y la autocrítica nos debe hacer razonar con nuestro propio entendimiento, no se trata de alejarnos de la realidad, al contrario vivirla razonadamente, ya no más imposiciones colectivas, prejuicios sexuales, raciales, complejos de superioridad o inferioridad, tenemos que seguir esforzándonos por vivir y convivir en una colectividad que respete la individualidad, es decir, la esencia de cada ser.
El valor del otro no se debería medir por si es o no homosexual, por si tiene casa, auto, dinero, doctorados, e incluso estamos tan banalizados que el propio amor o mejor dicho el interés matrimonial está fundamentado en los principios económicos antes señalados, esto implica que si tengo que ofrecer, sarcásticamente el autor nos dice que tenemos derecho a poseer un cuerpo bonito: “El cuerpo bonito empieza a ganar terreno como institución de desahogo de la burguesía: las prostitutas y los padrotes. La dama de las camelias es una propiedad muy costosa (con chalet, joyas, festines, caprichos) que adquieren los nuevos burgueses; poseer cuerpos. Como casas o automóviles, funciona como una ratificación de nuestro sueños de poder y de riqueza:”
Finalmente, a 40 años del nacimiento de la Revista Nexos, hagamos un nuevo Nexo basados en dos palabras: Reflexión y Dignidad.
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