Más de 300 niños soldado fueron liberados el miércoles por los grupos armados en Sudán del Sur, la segunda mayor liberación de ese tipo desde que comenzó la guerra civil hace cinco años.
Se cree que más de 19 mil menores han sido reclutados por todas las partes del conflicto.
La ceremonia de “entrega de las armas” para 87 niñas y 224 niños fue el primer paso de un proceso en el que se espera sean liberados al menos 700 niños soldado en las próximas semanas, indicaron las Naciones Unidas.
Dejar las armas y volver a la vida normal es solo “el principio del recorrido”, dijo David Shearer, director de la misión de la ONU en Sudán del Sur.
La ONU ha liberado a casi 2 mil niños soldado hasta la fecha. Más del diez por ciento de ellos tenían menos de 13 años de edad.
Los grupos defensores de los derechos humanos dicen que el reclutamiento continúa, incluso cuando el gobierno de Sudán del Sur indicó que estaba comprometido a poner fin a esa práctica.
“El persistente reclutamiento y el uso de niños por los militares y por grupos armados opositores es una muestra de la total impunidad que reina en Sudán del Sur, y del terrible costo de esta guerra para los niños”, puntualizó Mausi Segun, director del Human Rights Watch de África, en un informe publicado esta semana.
Un joven de 17 años que había sido secuestrado y obligado a combatir asistió a la ceremonia del miércoles mientras juntaba sus brazos alrededor del estómago y miraba al suelo. Solo dio su primer nombre, Christopher.
“Me dijeron que matara a mi madre”, dijo en un tono de voz apenas audible.
Luego de que los soldados de la oposición lo secuestraron de su casa a los diez años durante un periodo de combates a nivel local, Christopher dijo que su madre acudió al monte y le suplicó a los comandantes que lo dejaran libre.
“Cuando ella llegó ellos me dijeron que la matara o de lo contrario me matarían a mí”, contó el joven. “No tenía opción, solo le pedí a Dios que me perdonara”, añadió. Sin embargo, nunca había disparado una pistola y cuando jaló el gatillo ésta se atascó. Su madre logró escapar.
Ahora libre, Christopher dijo que su familia lo ha perdonado.