El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, advirtió hoy sobre “consecuencias indeseadas” si las fuerzas del régimen sirio apoyan a las milicias kurdas en la región de Afrin, en el noroeste de Siria, donde Ankara lanzó a mediados de enero pasado su operación “Rama de Olivo”.
En una conversación telefónica con su colega ruso, Vladimir Putin, Erdogan aseguró que habrá “consecuencias no deseadas” si las tropas sirias eligen ese camino, en referencia a las versiones de que el régimen sirio llegó a un acuerdo para respaldar a las Unidades de Protección Popular (YPG).
Indicó que el Ejército turco continuará su operación en Afrin con determinación hasta terminar con las YPG, una filial del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado terrorista por Ankara, según el diario turco Hürriyet.
Putin, por su parte, se desligó del posible acuerdo entre Damasco y las YPG, asegurando que “no estaba en posición de confirmarlo”, según fuentes de la presidencia turca.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) reportó que las YPG y el régimen sirio alcanzaron un acuerdo para el despliegue de las fuerzas gubernamentales en áreas de Afrin fronterizas con Turquía, sin embargo, la milicia kurda siria no ha corroborado esa información.
Horas antes, el canciller turco, Mevlüt Çavusoglu, declaró desde Jordania, donde se encuentra de visita, que Turquía aceptaría la presencia de tropas sirias en Afrin, siempre que vinieran para expulsar a las milicias kurdas, pero “si vinieran para respaldarlas, nada podría detener al ejército turco”, sentenció.
Çavusoglu lanzó la advertencia, que podría traducirse en un enfrentamiento directo entre Siria y Turquía, poco después de que la televisión estatal siria informó que las tropas gubernamentales entrarán en Afrin “en las próximas horas”.
El viceprimer ministro turco, Bekir Bozdag, también advirtió que si las fuerzas gubernamentales sirias entran a Afrin para apoyar a las YPG habrá “una catástrofe”.
Las autoridades turcas ven con preocupación una aparente colaboración táctica entre las YPG y el régimen de Bashar al Assad en Afrin.
En Moscú, el vicecanciller ruso, Mijail Bogdanov, expresó este lunes la disposición de su país de mediar en el conflicto de la región de Afrin.
“No imponemos nuestra mediación a nadie, pero si es necesaria, estamos dispuestos a prestar nuestros servicios con el objetivo de detener el derramamiento de sangre y encontrar denominadores comunes”, dijo.
Turquía, con el apoyo de sus aliados del opositor Ejército Libre Sirio (ELS), comenzó el pasado 20 de enero su operación “Rama de Olivo” contra las YPG en Afrin.
El gobierno sirio condenó la ofensiva turca en Afrin, al señalar que el enclave es parte inalienable de su territorio, mientras Rusia instó a todos los bandos en conflicto a actuar con mesura y respetar la integridad territorial de Siria.
Las milicias kurdas han pedido ayuda al régimen de Al Assad para contener el avance del Ejército turco, a pesar de que los kurdos y las tropas gubernamentales son enemigos en el contexto de la guerra civil que se libra en Siria desde hace casi siete años.