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La Jornada

México está en condiciones de dar un gran salto hacia delante, considera Luis Robles Miaja, presidente del consejo de administración de BBVA Bancomer, el mayor intermediario financiero del país.
Estamos en un momento muy particular: podemos avanzar en reducir la desigualdad o irnos para atrás, resalta.

Enumera las asignaturas pendientes: “Controlar ya, de una vez por todas, la violencia del crimen organizado, erradicar la corrupción y eliminar la impunidad.

No destruyamos lo que hemos construido, expresa Robles Miaja, ex presidente de la Asociación de Bancos de México en entrevista con La Jornada, en víspera de la 81 Convención Bancaria, que se realizará la próxima semana en Acapulco.

En la pasada década, el crédito bancario creció cuatro veces más que la economía. Lo hizo, acota Robles Miaja, con un nivel de morosidad inferior a los estándares internacionales. Hoy la banca, a diferencia de hace 15 o 20 años, atiende a segmentos que antes no participaban en los servicios financieros formales. Muchas personas de estratos económicos bajos tienen acceso a la banca y eso ha sido gracias al desarrollo tecnológico, apunta.

Hace falta que la gente use más y mejor los servicios financieros. Muchos trabajadores cobran su nómina mediante una cuenta bancaria y cuando reciben el depósito lo retiran todo del cajero. Son usuarios de la banca, pero no utilizan en su favor las opciones que ofrecemos, indica.

Aún se maneja el cash

–¿Qué hace falta para que aumente el uso de servicios y productos bancarios?

–Llegamos a una cifra de 55 millones de clientes aproximadamente y no se ha movido de ahí. Es una realidad que no hemos podido hacer crecer la cantidad de usuarios del sistema de manera tan dinámica como entre 2010 y 2016, cuando pasó de 26 a 50 millones. Lo que tenemos que hacer es avanzar en la formalización de la economía. Hay un crecimiento notorio en el uso de billetes y monedas, la gente se maneja en cash. También hay un problema específico con la dificultad de acceso a algunos puntos del país por su compleja condición geográfica. En estos puntos debemos llegar por conducto de la tecnología, porque es la única manera como realmente, en esas poblaciones, vamos a poder atender a los clientes.

–¿Cómo ve la situación del país en este año de elecciones?

–México pasa por un momento muy particular, puede dar un gran salto hacia adelante, continuar su integración con Norteamérica y convertirse en un país desarrollado, donde haya menos desigualdad y más prosperidad, o nos podemos ir para atrás.

Hay asignaturas pendientes, pero especialmente cuatro que preocupan mucho: controlar ya, de una vez por todas, la violencia del crimen organizado; evitar o eliminar la impunidad que hoy tenemos, que eso pasa por fortalecer las instituciones y el estado de derecho; erradicar la corrupción, que también está vinculada con el factor anterior, y reducir la desigualdad entre las diferentes regiones del país, incorporar al México del sur al desarrollo que se da en el norte. No es posible que Querétaro crezca a niveles de casi 10 por ciento durante una década y que Oaxaca prácticamente esté igual que hace dos lustros.

Apunta: Un elemento fundamental para que lleguemos a ese México más próspero, integrado mejor con Estados Unidos, porque la región de América del Norte es la más próspera a escala mundial, es que no destruyamos lo que hemos construido. Llevamos 25 años edificando instituciones económicas, adoptando políticas eficientes y prácticamente no ha habido una crisis en ese periodo. Sería una tragedia que en los próximos años esos organismos que hemos hecho nos los cargáramos. En ese momento el país al final perdería mucho y la población se pauperizaría.

–En un año de elecciones esa es toda una posición política.

–Sí.

–¿Considera que eso que plantea es probable que ocurra?

–Siempre existe incertidumbre. Todos los candidatos han declarado que son ortodoxos económicamente hablando, pero no sabemos realmente cómo vayan a decidir a la hora de la verdad. Definitivamente hay propuestas que no me parecen adecuadas, como una muy coyuntural, que es cancelar el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. (Esa idea ha sido planteada por el candidato Andrés Manuel López Obrador, no nombrado por el entrevistado).

Toda reforma es mejorable y toda ley es perfectible. Pero echar abajo reformas como la realizada en el sistema educativo, por ejemplo, me parece una pésima idea. Probablemente haya que mejorarla, pero echarla para atrás, si ello implica regresar al régimen anterior, es una tragedia para los mexicanos y por supuesto para el desarrollo económico del país.

Acota que, sin embargo, comienza a haber matices a este tipo de comentarios y, específicamente, cita los del empresario Alfonso Romo, asesor de López Obrador, “al comentar que no, que ya revisaron y que ven bien la reforma energética.

En definitiva, yo espero que los candidatos defiendan lo que se ha construido bien y, en caso de ser presidentes, lo sigan aplicando y desarrollando mejor. Y lo que hemos hecho mal que lo corrijan, porque sin duda hay muchas cosas que no están bien.

Latente, el descontento social

–¿De aquí al momento de la elección del primero de julio advierte algún riesgo político, social o por la inseguridad?

–Siempre está latente la posibilidad de algún tema de violencia o incluso de descontento social, que provoque a su vez un movimiento, como lo que vivimos con el gasolinazo el año pasado. Pero serían incidentes. No hay elementos para generar un problema real que implique un riesgo para el proceso electoral.

–¿Cuál es la relación que tiene la banca con los tres principales candidatos presidenciales?

–Ya no soy presidente de la Asociación de Bancos de México.

–Preside el mayor banco del país.

–Efectivamente. Conozco a los tres. No he hablado en realidad con ninguno desde que son candidatos. Sí he tenido contacto con los diferentes equipos de campaña y en su momento les vamos a presentar un diagnóstico que estamos haciendo en Estudios Económicos. Será una propuesta totalmente técnica, sin contenido político, tratando de aportar a los equipos de campaña en sus propuestas de tipo económico.

–¿El hecho de que haya mencionado dos casos específicos, la reforma educativa y el aeropuerto, es tomar posición en favor o en contra de un candidato?

–No. Simplemente es expresar una visión que, más allá de los candidatos, es objetiva y honesta de cómo veo las cosas. La educación en México ha sido una de nuestros principales deficiencias en los años recientes y es necesaria una transformación del sistema educativo para poder tener mexicanos que compitan en el siglo XXI.

Necesitamos que los niños tengan mayores capacidades de entender, de tener una mente con ciertos elementos matemáticos, de hablar inglés. No digo que sea la mejor reforma; digo que se tiene que aplicar a plenitud y en caso de que se pueda mejorar, mejorarla. Pero no echarla para atrás.