No hubo remontada, ni sorpresas. El Real Madrid terminó la obra que inició en el Santiago Bernabéu con el 2-1 en la capital francesa, contra un París Saint-Germain neutralizado y disminuido anímicamente por baja de Neymar. El global quedó con un 5-2 para los blancos.
Con un primer tiempo en el que el conjunto español supo disminuir la golpeada ofensiva francesa por la ausencia de su estrella brasileña. Edinson Cavani y Kylian Mbappé no dieron con la ruta y Ángel di María no fue el suplente que marcara diferencias.
Aunque en las tribunas se simulaba un infierno, con bengalas rojas y una humareda que complicó la visibilidad en un sector del estadio, los ‘merengues’ metieron en su juego al rival hasta llegado el descanso.
En la segunda parte vinieron los goles. Un balde de agua fría apagó la euforia y las esperanzas encendidas en la tribuna al 50’. Lucas Vázquez centró desde la izquierda para que Cristiano Ronaldo cabeceara casi a quemarropa ante la marca de dos defensas. El silenció reinó en París.
Minutos más tarde, al 70’, se reavivó la posibilidad de un milagro del PSG cuando, caprichoso, el balón dio una serie de rebotes dentro del área. El último en tocarlo fue Cavani para mandarlo al fondo y hacer explotar la grada nuevamente.
Nueve minutos duró la ilusión. Casemiro dictó sentencia en complicidad con Rabiot y un mal despeje que mandó tibio al centro. El brasileño disparó y un desvío terminó evitó que el guardameta Areloa pudiera atajar.
Los contragolpes le resultaron al Real Madrid contra la desesperación de los franceses, que tendrán que esperar al próximo año para intentar cambiar su suerte, posiblemente sin Unai Emery como técnico.
Mientras tanto, los blancos esperarán a conocer su rival en los cuartos de final de la Champions, el único torneo que les queda y al que aspiran nuevamente, no para conseguir un doblete o triplete, sino para salvar el año y, tal vez, la cabeza de Zinedine Zidane.