Sus hijos han anunciado hoy el fallecimiento del astrofísico y divulgador científico Stephen Hawking a los 76 años de edad.
Dentro de sus estudios llama la atención uno. Sobre fútbol. En 2014, poco antes del mundial de Brasil, en un acto de una casa de apuestas en Londres que las crónicas describen precedido por imágenes de Peter Crouch haciendo su tradicional celebración del baile del robot, Chris Waddle lanzando un penalti y música de The Prodigy, el científico comenzó a hablar.
«Desde el comienzo de la civilización, la gente no se ha contentado con ver algunos acontecimientos como inexplicables. El ser humano ha tratado de descifrar el orden del mundo. El mundial no es ajeno a esto«, dijo.
La casa de apuestas le pidió a Hawking que estuviera un mes estudiando partidos de la selección inglesa para ver a qué conclusiones llegaba. Vio 45 partidos de mundiales desde 1966, el año en que Inglaterra ganó su única copa del mundo. Y analizó también 204 penalties, una de las mayores causas de eliminación de la selección de los tres leones.
Hawking identificó cinco factores clave: ambiental, físico, psicológico, político y táctico.
Las conclusiones son estas:
Inglaterra funciona mejor con poca altitud. A menos de 500 metros sobre el nivel del mar, si es posible. Las temperaturas templadas benefician a la selección y su subida reduce directamente las posibilidades de victoria.
El aspecto psicológico también juega su parte, claro. A Inglaterra le va mejor vestir de rojo, su segunda equipación -con la que ganó la final de Wembley en el 66, por cierto-. Hawking habló de la proyección de agresividad que tiene ese color. El científico también extrajo una conclusión táctica. Con un 4-3-3, The Three Lionsganan un 58% de los partidos, por un 42% jugando con un 4-4-2.
Llegados a los penalties, el tema se pone delicado: desde que comenzaron a decidirse los empates con ellos, Inglaterra ha sido eliminado tres veces -todas las que se ha enfrentado a la tanda decisiva- desde los once metros. Aquí va el consejo de Hawking para los jugadores ingleses, y para los no ingleses también: una carrerilla de más de tres pasos y a la escuadra izquierda o derecha. Los lanzados allí tenían éxito en un 84% de los casos.
El científico no quiso despedirse sin añadir uno de sus habituales chascarrillos. «Los jugadores calvos y los bien parecidos tienen más posibilidades de marcar. La razón no está clara, quedará como uno de los grandes misterios de la ciencia«.