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Reuters

El Papa Francisco calificó la explotación de mujeres para la prostitución como un «crimen contra la humanidad» y pidió el perdón de la sociedad para los católicos que contratan a trabajadoras sexuales.

El pontífice realizó estos comentarios en una sesión libre de preguntas y respuestas durante cuatro horas con 300 jóvenes todo el mundo que viajaron a una universidad en Roma. Esta reunión previa al Sínodo de los Obispos, a celebrarse en octubre en el Vaticano, tuvo como objetivo que los líderes eclesiásticos conocieran la opinión y preocupaciones de los jóvenes sobre la Iglesia Católica. “Los jóvenes deben ser tomados en serio”, dijo.

Blessing Okoedion, una nigeriana de 32 años que fue víctima del tráfico de personas para la explotación sexual, contó al Papa que le molesta que muchos clientes de prostitutas en las calles de Roma sean católicos. «Me pregunto y le pregunto, ¿es posible que una Iglesia que es aún muy machista se cuestione verdaderamente sobre esa alta demanda?»

Francisco respondió que es probable que 90 por ciento de los clientes masculinos de prostitutas en Italia hayan sido bautizados como católicos.

«Me gustaría aprovechar este momento para pedirles perdón a ustedes (a las mujeres explotadas) y a la sociedad por todos los católicos que realizan este acto criminal», declaró el Papa. «Pienso en el disgusto que deben sentir esas niñas cuando los hombres les obligan a hacer esas cosas.»

«Quien lo hace es un criminal. No es hacer el amor, es torturar a una mujer. No confundamos los términos», exigió. «Es una mentalidad criminal y enferma.»

Durante el encuentro también se tocaron temas como la educación, los peligros del mundo virtual, la elección de una vocación, la discriminación y racismo hacia la juventud, las leyes migratorias, el debate sexual y el clericalismo en la Iglesia, y la preparación para el sacerdocio.