La Comisión Europea (CE) dio hoy luz verde con condiciones a la compra de la agroquímica estadounidense Monsanto por parte del grupo químico y farmacéutico alemán Bayer, una operación de 66 mil millones de dólares que dará lugar al mayor gigante mundial de la fabricación de semillas y fertilizantes.
Para conseguir la aprobación, Bayer se ha comprometido a vender todo su negocio de semillas y parte del de fitosanitarios a su competidora alemana BASF, una operación anunciada en octubre pasado precisamente para conseguir el visto bueno comunitario y que llevará a BASF a pagar 5 mil 900 millones de euros.
“Hemos aprobado los planes de Bayer para absorber Monsanto porque los remedios propuestos por las partes, por un valor de más de 6 mil millones de euros, responden totalmente a nuestras preocupaciones en materia de competencia”, dijo la comisaria europea del ramo, Margrethe Vestager, en un comunicado.
El Ejecutivo comunitario debe ahora completar la revisión de la compra por parte de BASF y sólo cuando esta reciba también luz verde Bayer podrá completar la fusión con Monsanto.
La Comisión abrió en agosto una investigación sobre la compra de Monsanto que determinó que, de producirse sin condiciones, habría reducido la competencia en los mercados de semillas y pesticidas, en los que la estadounidense y Bayer son rivales, así como en materia de innovación.
Para responder a estos problemas, Bayer se ha comprometido a vender a BASF la casi totalidad de su negocio mundial de semillas, no sólo de colza y algodón, donde se solapa con Monsanto, sino también de soja y trigo para garantizar la viabilidad de BASF, que ahora no vende semillas.
También le venderá su departamento de investigación y desarrollo y su negocio de caracteres vegetales, genéticamente modificados y no modificados.
Asimismo, cederá sus activos del pesticida glufosinato y tres líneas de investigación en herbicidas no selectivos.
“A primera vista, BASF parece un comprador apropiado porque la empresa no vende ahora ni semillas ni herbicidas no selectivos y significa que los solapamientos en este sector serían limitados”, dijo en un comunicado la CE.
Bruselas indicó, no obstante, que ahora BASF y Bayer deben probar que la primera será capaz de desarrollar el negocio adquirido y competir frente al actor surgido de la fusión y en el mercado agroquímico en general.
Bayer confirmó en septiembre de 2016 la compra, que le llevará a pagar 128 dólares por acción, y confía en completarla a principios de este año tras haber recibido luz verde en China.
La firma alemana está en 77 países y da trabajo a 116 mil 800 personas, mientras que la estadounidense tiene presencia en 68 países, entre ellos once latinoamericanos, y emplea a 22 mil individuos.
El visto bueno comunitario supone la culminación de un proceso de consolidación en el sector agroquímico mundial, después de que Bruselas autorizase en marzo de 2017 la fusión de Dow Chemical y DuPont y en abril, la de Syngenta y Chemchina.
Se calcula que Bayer y Monsanto facturarían juntas 23 mil millones de euros anuales; Syngenta y Chemchina, 14 mil 800 millones de euros, y Dow Chemical y Dupont, 14 mil 600 millones, con lo que coparían m