Decenas de miles de personas procedentes de todo el país empezaron hoy a congregarse en el corazón político de la capital estadunidense, en las inmediaciones del Congreso, para lo que se espera sea una de las mayores movilizaciones en contra de la violencia por las armas de fuego.
La Marcha por Nuestras Vidas, que organizó eventos similares en 844 ciudades del mundo, obtuvo un permiso para 500 mil asistentes que empezaron a abarrotar los accesos a la histórica avenida Pensilvania.
No podemos ignorar el asunto del control de armas (…) Así que le estoy pidiendo, no, estoy demandando que tomemos acción”, señaló Cameron Kasky, uno de los sobrevivientes de la matanza de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas, quienes organizaron el evento.
Varias celebridades participarán en el evento, entre ellas el actor George Clooney y su esposa Amal Clooney, así como la cantante Cher y el comendiante Jimmy Fallon. El escenario contará además con la participación de Lin-Manuel Moranda, Miley Cirus, Demi Lovato y Jennifer Hudson, entre otras.
Autoridades del Distrito de Columbia decidieron cerrar algunas vías de circulación para permitir la celebración de la movilización Y tienen previsto desplegar a miles de agentes policiales para resguardar el evento.
Miles de activistas llegaron desde estados aledaños en autobuses fletados, los cuales fueron aparcados en el estadio de futbol RFK, mientras que miles más se trasladarán al evento utilizando el sistema de transporte colectivo.
Inicialmente se tenía planeada una protesta afuera de la Casa Blanca y una marcha hacia el Capitolio, los organizadores decidieron obviar la marcha toda vez que se esperan grandes contingentes.
Aunque el congreso no ha probado ninguna legislación sobre control de armas desde la masacre de Florida, el presidente Donald Trump anunció la víspera que emitirá una nueva una normativa para prohibir los mecanismos que permiten convertir un rifle semi automático en una ametralladora.
El Departamento de Justicia preciso en ese sentido que dara a conocer en breve las reglas a través de las cuales no sólo se prohibían los mecanismos, conocidos como “bump stocks”, sino que los existentes sean entregados a las autoridades o destruidos.
Sin embargo, el movimiento estudiantil por el control de armas desea cambios adicionales, incluida en la elevación de la edad mínima para comprar rifles de 18 a 21 años, y el reforzamiento del sistema de revisión de antecedentes criminales.
Actualmente la medida solo exige el chequeo de antecedentes penales o de salud mental en la compraventa en almacenes o establecimientos autorizados, pero no en las transacciones realizadas en mercados ambulantes o entre particulares.