Antes de ser uno de los mejores restaurantes que hay en Xalapa, La Chipola era hace muchos años, una vecindad que recibía a jóvenes que venían a cursar la preparatoria así como la universidad o eran normalistas. La señora Lolita era la encargada de recibirlos. Allá, en ese lugar, llegó hace ya algunos ayeres, Noreya Portilla Gumecindo, sin “r”, ante la insistencia de los correctores que se la ponen… Gumecindo.
Se da un tiempo para una charla al mediodía… luego, iría a la colonia Lomas Verdes a un recorrido. Es candidata a diputada federal de la alianza PAN-PRD y Movimiento Ciudadano por el Distrito VIII Xalapa rural, lo que le hace tener que cubrir 22 municipios. Sólo toma una naranjada y le pregunto si es proporcional todas las comidas que ha hecho en precampaña y en este inicio de campaña con su peso. Se ríe. Cuenta que ayer estuvo en Naolinco y si bien, les ofrecieron un rico desayuno, con lo que se caminó, bien pudiera decirse que no, no es proporcional… la caminata fue intensa.
Me sorprende cuando me dice que es la tercera ocasión en la que participa en una contienda electoral como candidata… pensaba que lo había hecho solamente en el 2013 por la alcaldía, donde 190 votos hicieron la diferencia para que hubiera alcalde y no alcaldesa. Cuenta que en el 2000, se acercaron a su padre, don Francisco Portilla Zárate, y le ofrecieron ser candidato. El señor agradeció la oferta pero la rechazó a la vez que decía: “pero tengo muchos hijos…” y Noreya, quien estando en Xalapa, ya sabía de la política, alzó la mano y ahí inició su carrera como candidata a la alcaldía a los 22 años, recién desempacada de la carrera de Economía, y si bien no ganó, fue regidora en ese trienio.
¿“Pero tengo muchos hijos”? Aclara Noreya que don Francisco y su mami Emilia dieron vida a 10 hijos, siete varones y tres mujeres, y a pesar de ser una familia muy numerosa, sólo Lizbeth (alcaldesa de Juchique de Ferrer) y ella, están inmersas en la política.
Por cierto, lo prolífico le viene a don Francisco de familia porque tuvo diez hermanos que igual, multiplicaron a los parientes que da gusto. Todo lo contrario a Noreya, quien no tiene hijos…
–¿Eres soltera?
–No, tengo pareja…
–En tu perfil de Facebook marca “Soltera”…
Vuelve a sonreír y me asegura que ha de cambiar el perfil.
Y si bien, Noreya no tiene hijos, lo que le sobran ¡son ahijados! Cuenta que desde que fue regidora, empezó a ser madrina que de Bautizo, que de Primera Comunión y hasta de Confirmación, lo que haciendo cuentas le arroja unos 70 ahijados “sin contar a los que fueron de graduación escolar” y confiesa que luego se llega a encontrar jóvenes que la saludan al grtio de “¡madrina!” y es cuando se da cuenta que muchos de esos niños ya crecieron.
Y haciendo cuentas, le digo que del 2000 al 2013, hay una brecha muy amplia… ¿por qué no participó en ese lapso? Responde que si bien, de manera directa no lo hizo, participó apoyando a otros candidatos, entre ellos a su propia hermana (2004), en una elección presidencial (2006), así como echándole la mano al hermano de un cuñado suyo (2007)… en pocas palabras, de la actividad política no se ha desprendido.
Hace un espacio… recuerda que hace dos años sí paró un poco… iba a iniciar la campaña de Miguel Ángel Yunes Linares, cuando doña Emilia, su madre, falleció. Recuerda que antes del desenlace, la llamó y entendiendo su actividad en la política, le dijo que siempre fuera recíproca con la gente, que se identificara con ellos, pero sobre todo, más que nunca, hubiera más unidad con sus hermanos, con sus familias, que se reunieran… y así se ha hecho.
Me platica de sus propuestas y proyectos como candidata a diputada federal y también de cuando fue jefa de la Unidad Administrativa en la secretaría de Gobierno. Llegó y se encontró un boquete… no, no un boquete, sino un socavón administrativo… pero de eso, ya será en otra ocasión que platiquemos… tiene una cita, tiene que caminar por Lomas Verdes y eso apenas es el principio…
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