«Ben Hur»
Lewis Wallace es uno de los grandes personajes estadounidense del siglo XIX, participó en la Guerra de Estados Unidos contra México en 1847, fue comandante en el Ejercito del Norte en la Guerra de Secesión librada en su país, años después fungió como Senador del Congreso, Gobernador de Nuevo México, no obstante, a pesar de su destacada trayectoria militar y política, Wallace es recordado y universalmente conocido por su faceta de escritor, su novela considerada una obra maestra de la literatura universal se titula: “Ben-Hur”.
La novela fue publicada en 1880 y tuvo un éxito inmediato. En 1907 se realizó la primera película sobre la novela en un cortometraje de cine mudo. En 1925 se volvió a llevarla a la pantalla grande todavía dentro del cine mudo, siendo el actor estelar el mexicano Ramón Novarro, pero sin ninguna duda, la película que logró consagrarse como un clásico del cine mundial es la producida en 1959 por Sam Zimbalist y dirigida por William Wyley. Esta producción fue premiada con el Oscar como mejor película y el protagonista estelar que representó a Ben-Hur fue el actor Charlton Heston.
Ben-Hur es un personaje ficticio que vivirá en el mismo contexto histórico cuando Jesucristo vivió en el mundo, e incluso bien puede decirse que la novela en el hecho histórico nos está narrando parte importante de la vida de Cristo, ejemplos: su nacimiento, la adoración y reconocimiento de los tres magos, la predicación de Juan el Bautista, los milagros que realizó Jesús como convertir el agua en vino, multiplicar los panes, finalmente su enjuiciamiento, crucifixión y muerte, en todos estos acontecimientos Ben-Hur será protagonista central.
En esta interesante mezcla de ficción con hechos históricos, Ben-Hur es un joven príncipe de origen judío, heredó una enorme fortuna de su padre Itamar Hur, quien había muerto dejando gran prestigio a la familia Hur compuesta por Ben-Hur, su madre y su hermana Tirza. El pueblo judío se encontraba conquistado y gobernado por el Imperio Romano. Roma era una ciudad politeísta y respetaba la creencia de los judíos que tenían y tienen en un sólo Dios.
Ben-Hur en su infancia convivió mucho con su amigo Messala de origen Romano, Messala se fue a educar a Roma y cuando regresó y platicó con su antiguo amigo, Messalla había cambiado mucho. Claramente se percibe que Messala representa el poder autoritario, ensoberbecido, la figura materialista, el poder corrompido, mientras que Ben-Hur representa al pueblo judío, es un hombre de fe, orgulloso de su raza, de su historia, respetuoso del Tora que es la ley de Dios para el pueblo hebreo.
Si bien Roma respetaba la fe de los pueblos que conquistaba, ejercía su Imperio de Gobierno a través de diversas autoridades que representaban al Emperador. Valerio Graco fue nombrado Procurador de Roma en las tierras hebreas, y el día de su triunfante llegada accidentalmente de la casa de Ben-Hur cayó un ladrillo que golpeó la cabeza del Procurador, el joven Príncipe fue detenido, lo enviaron como esclavo de galeote y a su familia la encarcelaron con la intención que todos murieran para que desapareciera la estirpe de los Hur.
Los principales operadores de semejante acto de barbarie contra la familia Hur, fueron el joven Messala, todo autorizado por el Procurador Valerio Graco. La fortuna de Ben-Hur pasó a ser propiedad de los dos personajes mencionados, con el paso de los años por acontecimientos muy fortuitos el joven Ben-Hur logró recuperar su libertad, se convirtió en un hombre rico, recuperó algunas propiedades y bienes que habían pertenecido a su padre, se hizo de amigos leales, y su principal propósito era saber si su madre y hermana vivían, recuperarlas y vengarse del traidor y cruel Messala.
Cuando Ben-Hur recuperó su libertad, también adquirió la nacionalidad romana, su padre adoptivo el marino Quinto Arrio le dejó a su hijo no sólo bienes materiales, sino prestigio, reconocimiento, admiración y posición, a partir de aquí empezará todo un drama épico en la novela donde aparecen gran cantidad de personajes como Simónides quien era el antiguo administrador del padre de Ben-Hur, la hermosa Ester hija de Simónides y personaje que desde el primer momento se enamora del príncipe judío, reaparece Baltasar de origen egipcio y uno de los tres magos que fueron 27 años atrás a adorar al recién nacido niño Jesús, Iras hija de Baltasar, joven guapa, astuta y perversa que pretenderá con sus encantos engatusar a Ben-Hur, otro protagonista central es Ilderin un árabe rico amigo y protector de Ben-Hur.
Reinstalado en sociedad, amado y apreciado, Ben-Hur participará en la famosa e importante carrera de cuadrigas, su principal rival es el odiado Messala. Ben-Hur con diversas estrategias hace que las apuestas se eleven y al final el soberbio Messala apostó todo su patrimonio, porque estaba seguro que un romano es mejor que un “¡perro judío!”. El episodio de la carrera en la novela es impresionantemente cautivador, el judío no tan sólo ganó la carrera, además, el joven romano quedó paralitico para toda su vida, y si hasta aquí la historia resulta fascinante, falta lo mejor por venir, porque el dinero ganado en la carrera, las enormes fortunas que tenían Ben-Hur, el árabe Ilderin, el admnistrador Simónides, se utilizará para el siguiente propósito.
En toda Judea se escuchaba que el Rey de los judíos había llegado, Ben-Hur y sus compañeros no sólo querían vengarse del perverso Messala, también buscaban liberar a su pueblo del yugo romano, todos estaban ilusionado con la llegada del nuevo Rey, creían fervientemente que sería tan grande como David, tan sabio como el Rey Salomón, el viejo sabio Baltasar le explicaba a Ben-Hur y a sus compañeros que Jesús no venía a construir un reino terrenal sino espiritual:
“¡–¡Oh, sí! –respondió el egipcio –. Y aún soy de la misma opinión. Tal es la divergencia de nuestra fe. Tú esperas a un Rey de hombres; yo un salvador de almas.”
El argumento de Baltasar hoy en día es muy entendible, pero en aquel momento histórico era el menos lógico y aprobado, todos esperaban a un Rey políticamente poderoso, que les restituyera la libertad y convirtiera al pueblo de Dios en la nación más poderosa del mundo, donde reinara la justicia y la paz, por lo tanto, Ben-Hur se fue al desierto y empezó a armar un ejército para ponerlo a disposición de Jesús el nazareno quien sin duda será el nuevo Rey de los judíos.
La historia final de Jesús la conocemos todos, la de Ben-Hur falta mucho todavía por conocer, tal vez, sea de los primeros personajes ficticios convertidos al cristianismo…
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