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La Jornada

Una baja probabilidad de que el próximo gobierno, “cualquiera que sea el candidato” que gane la elección, cambie la política económica o revierta las reformas estructurales llevó este miércoles a Moody’s Investors Service a modificar de “negativa” a “estable” la perspectiva de calificación de la deuda emitida por el sector público mexicano.

“Cualquiera que sea el candidato y el partido que gane las elecciones presidenciales y legislativas (de julio próximo), de ninguna manera está claro que el nuevo titular podrá alterar la dirección de la política o revertir las reformas ya implementadas”, sostuvo la calificadora.

Una mejora en la perspectiva significa que en los siguientes meses queda descartada la probabilidad de una baja en la calificación, un hecho que en la práctica permite al sector público financiarse a un menor costo y tener una mayor aprobación en la comunidad financiera.

“Aunque las elecciones del 1 de julio están generando incertidumbre política y algunas preguntas sobre la dirección política de México durante el próximo sexenio presidencial, Moody’s cree que la probabilidad de que la siguiente administración, a través de un fuerte cambio en la dirección política, debilite los fundamentos crediticios de México, es baja”, señaló la calificadora, la tercera que en los últimos meses mejoró la perspectiva de calificación de la deuda pública.

La decisión comunicada ayer por Moody´s no es un cambio en la calificación.

“Cualquiera que sea el candidato y el partido que gane las elecciones presidenciales y legislativas, de ninguna manera está claro que el nuevo titular del Ejecutivo podrá alterar la dirección de la política o revertir las reformas ya implementadas. El marco institucional del país, con su variedad de controles y equilibrios, limita posibles riesgos crediticios del país por posibles cambios en la dirección política”, añadió Moody´s.

“Y si bien el temor a ese resultado podría minar la confianza económica al menos durante un periodo de tiempo, los sólidos fundamentos económicos y la sólida posición de las cuentas del gobierno tras los esfuerzos de consolidación fiscal de las autoridades son importantes amortiguadores que apoyan la perspectiva estable”, añadió.

Otro de los riesgos que, en el pasado, provocaron que Moody’s colocara en perspectiva “negativa” la calificación de la deuda pública mexicana fue la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, un proceso que ahora está mejor encaminado, de acuerdo con la calificadora.

La agencia de calificación consideró este miércoles que si bien este riesgo no ha sido eliminado por completo, es menor que en abril del año pasado –cuando colocó en perspectiva “negativa” la calificación de la deuda– dado el continuo deseo de las tres partes de mantener el acuerdo comercial y el avance logrado en las negociaciones durante el último año.

Los acontecimientos recientes sugieren se puede mantener un diálogo más constructivo con Estados Unidos. El gobierno de ese país parece que ha abandonado la demanda de que haya 50 por ciento de contenido estadounidense en los automóviles producidos en loa región –uno de los temas más controvertidos de la negociación– y México fue uno de los seis países excluidos de los aranceles impuestos por Washington al acero y aluminio, añadió.

Incluso si las negociaciones entre los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y México se retrasan a medida que se acercan las elecciones presidenciales mexicanas del 1 de julio, la calificadora consideró que un acuerdo será finalmente concretado “muy probablemente” hacia finales de 2019.