Estados Unidos y Reino Unido acusaron hoy a Rusia de haber respaldado a un grupo de piratas informáticos en un ciberataque contra la infraestructura de diferentes agencias y Gobiernos de todo el mundo, en un intento por perpetrar acciones de espionaje y robo de propiedad intelectual.
Tanto Estados Unidos como Reino Unido emitieron hoy una alerta conjunta sobre los ataques, que aseguran tenían como objetivo infectar los “routers”, los dispositivos que canalizan las transmisiones de datos a través de las redes y que se utilizan para conectar los ordenadores a Internet.
El objetivo de los cibercriminales era infectar los “routers” para “potencialmente sentar las bases para futuras operaciones ofensivas”, de acuerdo con el texto de la alerta conjunta.
Según las autoridades estadounidenses, durante meses, los piratas informáticos han conseguido acceder a los sistemas de un amplia gama de organizaciones, desde proveedores de servicios de internet hasta empresas dedicadas a proveer servicios críticos para un país, como energía, transporte o salud.
En el informe que acompaña a la alerta, Estados Unidos no especifica qué países se han visto afectados, aunque detalla que en 2015 recibió por primera vez información de esos ataques.
La acción de hoy por parte de Estados Unidos forma parte de un esfuerzo más amplio del Gobierno del presidente Donald Trump en contra de Rusia y otros estados por respaldar acciones malignas en Internet.
A principios de este año, el Ejecutivo estadounidense acusó públicamente a Rusia de haber lanzado en junio de 2017 el ataque NotPetya, que consideró el “ciberataque más destructivo y costoso de la historia” y que causó pérdidas de miles de millones de dólares en Europa, Asia y América.
Este mismo mes, el Gobierno de Trump sancionó a siete oligarcas y 17 funcionarios rusos por sus “acciones perversas en todo el mundo”, entre las que citó la supuesta injerencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016, algo que Moscú niega.