Un equipo de trabajo de la FIFA llegó el lunes a Marruecos para inspeccionar una candidatura por la Copa del Mundo que oculta un potencial impedimento para obtener la sede del evento en 2026: la homosexualidad es un delito penal en el país norafricano.
En una revisión a 483 páginas de documentos presentados a la FIFA, The Associated Press detectó que Marruecos no declaró su ley contra personas LGBT como un factor de riesgo y proporcionó un remedio, aparentemente desdeñando los estrictos nuevos requisitos para las candidaturas.
El reporte de derechos humanos de Marruecos presentado a la FIFA representa un silencio intencional sobre un tema que Marruecos sabe muy bien que es un delito en su territorio, dijo Ahmed El Haij, presidente de la Asociación Marroquí por los Derechos Humanos, a la AP.
“Resulta evidente que si Marruecos es la sede de la Copa del Mundo, las personas LGBT que vengan a ver los partidos enfrentarán mucha discriminación. El Estado no podrá protegerlos ni será capaz de prevenir medidas que podrían ser tomadas contra ellos tanto de parte del Estado como de la sociedad”.
Bajo el Artículo 489 del código penal marroquí, los actos sexuales entre personas del mismo sexo son castigados con penas de entre seis meses y tres años de prisión.
Si bien los países sedes de un Mundial podrían quitarse de encima previamente las preocupaciones de activistas, la FIFA ha demostrado una creciente conciencia en años recientes sobre la manera en que las violaciones a los derechos humanos pueden impactar sus eventos.
El Mundial debe ser un ambiente libre de “discriminación con base en su orientación sexual”, escribió la secretaria general de la FIFA, Fatma Samoura, a activistas el año pasado mientras se discutía el próximo torneo en Rusia. La carta de Samoura reflejó una política incorporada a los estatutos del fútbol mundial en 2013 mientras el escrutinio sobre derechos humanos se acumulaba respecto a la situación en Rusia y Catar, sede de la Copa del Mundo de 2022.
“Bajo los nuevos requisitos antidiscriminación que se apegan a los estatutos de la FIFA y a la Política de Derechos Humanos, uno de los límites que no se pueden cruzar son las actividades, leyes o políticas anti homosexuales”, subrayó Minky Worden, directora de iniciativas globales de Human Rights Watch, a la AP. “Si Marruecos considera seriamente obtener la sede, necesitaría estar preparado para revocar el artículo del código penal que castiga a las personas por ser gay”.
Mientras que la candidatura conjunta Estados Unidos-Canadá-México optó por publicar sus documentos respecto a derechos humanos, Marruecos ha rechazado repetidamente las peticiones de la AP para hacer lo mismo. El equipo de comunicaciones internacionales de la candidatura de Marruecos también se negó a proporcionar alguna política sobre personas LGBT o de qué la criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo sería abordada durante una potencial Copa del Mundo.