La Justicia brasileña negó este miércoles el último recurso presentado por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva en segunda instancia contra una condena a 12 años y un mes de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero, la cual purga desde el pasado 7 de abril.
Los tres magistrados del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región de Porto Alegre rechazaron por unanimidad la segunda y última apelación presentada por la defensa de Lula en dicha corte.
El ex presidente está acusado de recibir un apartamento de tres plantas en una playa de Guarujá, en el estado de Sao Paulo, por parte de la constructora OAS a cambio de beneficios durante su gestión.
Lula (2003-2010) está preso por ese caso desde el pasado 7 de abril, cuando el exmandatario se entregó a las autoridades de Curitiba para cumplir su pena.
Tras la condena en segunda instancia, la defensa del antiguo líder sindical inició una batalla judicial para intentar frenar el encarcelamiento del principal icono de la izquierda brasileña, de 72 años.
Los abogados llegaron a presentar un «habeas corpus» ante el Tribunal Supremo para evitar su prisión antes del análisis de los recursos en instancias superiores, pero la apelación fue negada por el pleno de la corte en una estrecha votación por 6 votos a 5.
Un día después de la decisión del Supremo, el juez federal Sergio Moro, quien condenó a Lula en primera instancia a 9 años y seis meses de prisión, decretó el encarcelamiento inmediato del expresidente brasileño.
No obstante, Lula decidió no acogerse al plazo de 24 horas otorgado por Moro y optó por pasar 48 horas atrincherado en la sede de un sindicato en Sao Paulo antes de entregarse a la policía.
Lula cumple su pena en una cárcel de 15 metros cuadrados en el último piso de la Policía Federal de Curitiba, una ciudad del sur de Brasil que se ha convertido en un emblema de la lucha contra la corrupción en el país sudamericano.
Desde su encarcelamiento, Lula ha recibido la visita de sus abogados, sus familiares y de un grupo de senadores, entre ellos la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann.
En ese tiempo, escribió una carta en la prisión dirigida a sus simpatizantes y aseguró estar «indignado» tanto por la condena que le fue impuesta en su opinión sin pruebas como por su encarcelamiento.
Lula, el considerado líder más carismático en la historia de Brasil y líder de todos los sondeos de intención de voto para las elecciones presidenciales de octubre próximo, se considera víctima de una persecución política que busca apartarle de la carrera electoral.