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AP

El chofer de un camión donde el año pasado murieron 10 inmigrantes traídos por traficantes a Texas fue sentenciado el viernes a cadena perpetua.

James Matthew Bradley Jr. se declaró culpable en octubre de un cargo de transporte ilegal de inmigrantes con consecuencias letales y un cargo de asociación ilícita. Si hubiera sido enjuiciado y hallado culpable, podría haber sido sentenciado a muerte. El juez David A. Ezra lo sentenció a cadena perpetua, sin posibilidad de libertad condicional.

Por lo menos 39 inmigrantes, en su mayoría de México y Guatemala, estaban atrapados dentro del camión en medio de un calor sofocante cuando fueron hallados por policías en el estacionamiento de una tienda Walmart en julio pasado.

El sistema de refrigeración había dejado de funcionar y la temperatura allí ese día era de unos 38 grados centígrados (unos 101 grados Fahrenheit). Ocho de los inmigrantes murieron dentro del vehículo y otros dos en el hospital.

Bradley, de 61 años, es originario de Louisville, Kentucky, pero también había vivido en Florida.

«Lamento mucho que esto haya sucedido», dijo Bradley en un video mostrado por sus abogados en el tribunal el viernes, según el diario San Antonio Express-News. «No pasa un día, no pasa una noche, en que yo no reflexione sobre ese día».

Ezra calificó las acciones de Bradley de «extremas, desde cualquier punto de vista», según el diario.

Inicialmente Bradley dijo que no sabía que había gente dentro del compartimiento de carga, afirmando que solo lo transportaba para su jefe desde Iowa hasta Brownsville, en la frontera con México, pero despertó sospechas cuando dijo que había ido antes a otra ciudad fronteriza _Laredo, Texas_ que está en dirección contraria de Brownsville.

Quienes sobrevivieron la odisea describieron una experiencia de pesadilla, en la que se vieron obligados a suplicar por agua en medio de un calor abrasador. Al final tuvieron que turnarse para respirar por un hoyo en la pared del compartimiento.