El número de trabajadores a los que no les alcanza su salario para comer y vestir se incrementó a 68 por ciento en este sexenio y en los jóvenes pasó a 52 por ciento, de acuerdo con un estudio del Observatorio de Salarios.
En el análisis “Bienestar y Precariedad laboral en México con énfasis en la población joven”, el Observatorio destacó que en los últimos cinco años se ha registrado un aumento en la incidencia de pobreza monetaria para el trabajador asalariado, tanto aquélla que no alcanza la Línea de Bienestar (LB) como la Línea de Bienestar Mínimo (LBM) del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Para el organismo que mide la pobreza en México, la Línea de Bienestar es el valor monetario de una canasta de alimentos, bienes y servicios básicos, mientras que la Línea de Bienestar Mínimo incluye sólo el valor monetario de una canasta alimentaria básica.
La población joven de entre 15 a 29 años se encuentra en el grupo más vulnerable de trabajadores en México. De acuerdo con el Observatorio, el 81 por ciento de ellos no tiene un salario digno, suficiente y mínimo que garantice el cumplimiento del Artículo 123 Constitucional.
De este sector, el 52 por ciento sobrevive con un salario por debajo de la Línea de Bienestar y el 22 por ciento subsiste con ingresos inferiores a la Línea de Bienestar Mínimo.
Respecto a la seguridad social, 8 millones 795 mil 702 jóvenes, el 59.8 por ciento, no cuenta con ella; mientras que 4 millones 507 mil 233, el 30.2 por ciento, sí goza de esta prestación de Ley.
Sobre las prestaciones mínimas de ley y más, el 40.3 por ciento de la población trabajadora mayor de 15 años cuenta con algún beneficio laboral, superior al 37.4 por ciento que mostraban en 2005. Los trabajadores sin prestación alguna que para 2005 eran el 45.5 por ciento, en 2017 fue de 42.4 por ciento.
En cuanto a los jóvenes, ocurre una situación similar a la de la seguridad social, donde ser joven es garante de no contar con derechos. Sólo el 31.9 por ciento de los jóvenes cuentan con las prestaciones mínimas de ley y el 50.6 por ciento no tiene prestación alguna.
MEXICANOS TRABAJAN MÁS HORAS DE LAS QUE INDICA LA LEY
De acuerdo con el informe del Observatorio, sólo el 20 por ciento de la población asalariada en México trabaja de acuerdo a su jornada de ley, la cual establece 8 horas jornada diurna, 7.5 mixta y 7 horas nocturna.
La mitad de la población asalariada tiene jornadas laborales diarias por encima de lo establecido por Norma Constitucional y Ley Federal del Trabajo.
De los 38 millones 43 mil 826 trabajadores que había en 2017, sólo 7 millones 503 mil 278, equivalente al 19.7 por ciento, tenía una jornada de ley, y en los jóvenes este porcentaje se ubicó en 21.7.
Los que trabajaban menos de las ocho horas establecidas por ley se ubicaron en 10 millones 619 mil 375 (27.9 por ciento), en los jóvenes fue de 3 millones 685 mil 688 (27.7 por ciento).
La cifra se incrementó en la población que labora más de ocho horas, en general fue de 19 millones 921 mil 173 (52.4 por ciento) y en los jóvenes subió a 6 millones 29, mil 38 (50.6 por ciento).
SUBE NÚMERO DE TRABAJADORES CON UN SALARIO MÍNIMO
De acuerdo con el Observatorio, en México hay cada vez mayor personal ocupado que gana entre 1 y 2 salarios mínimos a la par que disminuye la proporción que perciben ingresos equivalentes a salarios más allá de 2 mini-salarios. El 14.4 por ciento de la población ocupada percibe ingresos similares al salario mínimo y 63.5 por ciento tiene entre flujos de ingresos de entre 1 y 3 salarios mínimos
De la población asalariada total, el 11.5 por ciento tiene un salario mínimo, el 33.9 por ciento dos salarios mínimos y 23.6 por ciento entre 2 y 3 salarios mínimos.
En total, al igual que la población ocupada total (aunque agrupado en proporciones distintas), el 63.5 por ciento de los trabajadores se ubica entre 1 3 salarios mínimos. La población joven muestra mayor incidencia en estos niveles salariales, con 69.1 por ciento de su población y, por tanto, cuenta con mayor propensión a estar debajo de los niveles de pobreza.