El ministro de Hacienda de Argentina, Nicolás Dujovne, empezó hoy en Washington a negociar con las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI) un préstamo para afrontar la crisis por la abrupta depreciación del peso, aunque su encuentro con Christine Lagarde no tendrá lugar hasta mañana jueves.
Dujovne tiene hoy previsto reunirse con el director del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, y mañana se verá con Lagarde en la sede del organismo internacional.
La negociación de la delegación argentina en Washington buscará definir el monto del préstamo, que los analistas sitúan en torno a 30.000 millones de dólares, y también la modalidad del crédito.
Entre las opciones figuran la Línea de Crédito Flexible (FCL), considerado el menos exigente ya que no conlleva condiciones ni revisiones del Fondo para realizar los sucesivos desembolsos; y el Acuerdo Stand-By (SBA), el más habitual, pero que supone una mayor intervención de la institución en las políticas económicas.
La rápida visita de Dujovne sucede solo un día después de que este martes el presidente argentino, Mauricio Macri, anunciase que había iniciado las conversaciones con el Fondo para obtener “apoyo financiero” y evitar así una nueva “crisis” en el país.
“Las condiciones mundiales están cada día más complejas por varios factores: están subiendo las tasas de interés, el petróleo, devaluado monedas de países emergentes, entre otras variables que nosotros no manejamos”, explicó Macri al justificar su decisión.
El anuncio se produjo después de que el peso argentino ahondase su caída frente al dólar estadounidense y no reaccionase ante las medidas del banco central argentino, que llegó a subir las tasas de interés en tres ocasiones en una semana y las situó en el 40 %, para tratar de frenar su depreciación.
En marzo pasado, Lagarde realizó una visita oficial a Buenos Aires en la que se mostró “impresionada” y “felicitó” al Gobierno de Macri por sus reformas.
Las últimas previsiones del Fondo, de abril, situaron el crecimiento económico estimado para Argentina este año en el 2 %, a la vez que pronosticó la inflación a finales de año en 19,2 % cuatro puntos porcentuales por encima de las previsiones de Buenos Aires.
En las últimas décadas, la relación de Argentina con el FMI ha sido tortuosa, después de prestar financiación al país durante su profunda crisis de la década de 1990 y comienzos del 2000, y ser criticado posteriormente por las duras condiciones exigidas.
Asimismo, en 2013, el Fondo emitió una declaración de censura contra Argentina por la poca fiabilidad de sus estadísticas macroeconómicas durante el gobierno de Cristina Fernández (2007-2015), que luego retiró con llegada al poder de Macri.