Meghan Markle y el Príncipe Enrique ya son una pareja real.
La ex actriz estadounidense, de 36 años, y el nieto de la Reina Isabel se juraron amor, pero no obediencia y fueron declarados marido y mujer por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor.
«Yo, Meghan, te tomo a ti, Enrique, como mi marido, para tenerte y sostenerte, a partir de hoy en adelante; en lo bueno y en lo malo; en la riqueza y en la pobreza; en la salud y en la enfermedad, para amarte y cuidarte, hasta que la muerte nos separe, de acuerdo con la ley sagrada de Dios.
«En la presencia de Dios hago estos votos», expresó Markle en la ceremonia.
El Príncipe Enrique, que esta mañana fue nombrado Duque de Sussex, dijo antes el mismo juramento hacia la ex estrella de Suits, ante una congregación de 600 personas, entre ellas miembros de la familia real británica y personalidades del mundo del espectáculo.
Markle portó un elegante y sobrio vestido blanco con largo sujetado por una tiara, que fue diseñado por la británica Clare Waight Keller, de la casa francesa Givenchy.
El anillo de Markle fue diseñado con oro de Gales por la joyería Cleve & Company y Enrique, por su parte, lleva una alianza de platino.
En la misa, el reverendo David Conner, que ofició el inicio de la boda, destacó el poder del amor.
«Hay poder en el amor. El amor puede ayudar y curar cuando nada más puede hacerlo», dijo el reverendo afroamericano.
«Dos jóvenes se enamoran y todos nos presentamos en la capilla», dijo el religioso, quien con este comentario hizo reír a la congregación.
El coro The Kingdom interpretó el tema «Stand By Me», un hecho que sólo tiene como precedente en la boda de Victoria de Suecia, en la que se presentó una cantante pop.
A la ceremonia acudieron celebridades como Oprah Winfrey, Idris Elba, Elton John, George y Amal Clooney, Serena Williams, James Corden y David y Victoria Beckham.