¿Por qué México no llega al quinto partido? Es la pregunta que llega cada Mundial de futbol y que dos académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) respondieron a 22 días de Rusia 2018.
Un engaño social
Para Ricardo Trujillo Correa, académico de la Facultad de Psicología, el deseo de llegar al quinto partido en un Mundial es una emoción compuesta de “bravuconería, reivindicación, demanda de ser engañado, dignidad, seducción y promesa. Es la estructura de un acto amoroso”, tanto de jugadores como de aficionados.
El especialista explicó en un evento universitario que en el futbol se proyecta la sociedad mexicana con ensoñaciones y creencias, en lugar de hacerlos con razonamientos, planes y posibilidades.
“Desde esta perspectiva, el futbol es la creencia redonda, como el balón, porque es superficial… un simple partido y ya”, detalló.
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— UNAM Global (@unamglobal) 23 de mayo de 2018
Hugo Sánchez Gudiño, académico de la Facultad de Estudios Superiores Aragón y de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales explicó que no se llega a ese ansiado juego desde el Mundial de 1986 porque el actual modelo de negocios de este deporte en el país prioriza la ganancia publicitaria y no el desarrollo de jugadores profesionales.
Como un segundo factor, el especialista dijo que se inhibe el surgimiento de talentos nacionales también por la compra excesiva de jugadores extranjeros, “que participan en posiciones estratégicas en el campo de juego, por lo que los mexicanos quedan relegados”.
Para Sánchez Gudiño, hay además pocos incentivos para formar jugadores mexicanos en las canteras de los equipos y una excesiva explotación publicitaria de equipos y jugadores, por lo cual dejan en segundo plano la calidad futbolística prestan “más atención a las ganancias, que al talento y competitividad”.
También citó factores como la “cultura del agachismo” o menosprecio en la mentalidad de los futbolistas mexicanos (con sus excepciones), así como el comportamiento de la afición, que según el experto, se conforma con cánticos homofóbicos.