Se acabaron las especulaciones. La presidencia de Rajoy ha llegado al final de sus días. El PNV ha desvelado la incógnita sobre el sentido de su voto: apoyarán la moción de censura, si Rajoy no dimite en las próximas horas.
El portavoz parlamentario de la formación vasca, Aitor Esteban, ha confirmado la decisión adoptada por la dirección de la formación nacionalista. El anuncio se ha producido sin que Rajoy estuviera sentado en su escaño para oírlo en persona. Al presidente saliente no le hacía falta; los nacionalistas ya habían avisado.
Respondemos a lo que demanda mayoritariamente la sociedad vasca votando que sí”, ha confirmado Esteban. “La sentencia del pasado jueves supuso un antes y un después en la sociedad (…) y el debate trasciende de lo jurídico”. Por ello, los nacionalistas vascos han optado por Sánchez frente a Rajoy.
“Ni la situación es simple, ni la solución y sus consecuencias lo son”, ha asegurado Esteban. También ha dicho que el PNV siempre ha intentado hacer un “ejercicio de responsabilidad”, en alusión a su decisión de apoyar los presupuestos de Rajoy, incluyendo en los mismos una revalorización de las pensiones. Si esos presupuestos no pasan el trámite del Senado, ha dicho en alusión al PP, será “una irresponsabilidad igual” que de la que se acusa a otros.
A Sánchez, le ha dicho que de él depende “el momento de apretar el botón de la disolución de las cámaras”. Por eso, le ha pedido que esté dispuesto a “consensuar” tanto las leyes que se aprueben en el Congreso como la fecha de unas elecciones generales. Respecto a Catalunya, ha dicho que “el camino es dialogar” pero también reconocer que existe “un problema nacional” en diferentes lugares del territorio del Estado.
RAJOY HACE HISTORIA
Ha pasado una semana desde que la Audiencia Nacional hiciera pública la sentencia de la Gürtel. Solo siete días han bastado para fraguar el final de Rajoy y escribir una página inédita en la historia de la democracia española: Rajoy se convertirá en unas horas en el primer presidente derrocado en España por esta fórmula, regulada en su formato actual en la Constitución de 1978.
Si no media una dimisión por sorpresa, Pedro Sánchez se convertirá automáticamente en el nuevo presidente justo después de la votación, prevista para este viernes. Se abre un tiempo de incertidumbre y velocidad, en el que el líder del PSOE tendrá que nombrar ministros para que ocupen sus cargos a principios de la próxima semana.
LA CORRUPCIÓN LO DERRUMBA
El Congreso de España comenzó el jueves a debatir una moción de censura contra el Presidente del gobierno Mariano Rajoy mientras los opositores socialistas intentan convencer a los partidos más pequeños para lograr su apoyo.
En su discurso ante los legisladores, el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, se comprometió a mantener el recién aprobado presupuesto nacional, que incluye beneficios importantes para los regionalistas vascos, y prometió abrir un dialogo con el nuevo gobierno independentista de Cataluña. Los votos de los nacionalistas le permitirían superar a Rajoy y sustituirlo al frente del gobierno.
Sánchez pidió en varias ocasiones al Presidente de gobierno que presentara su dimisión luego de que su formación, el conservador Partido Popular (PP), fue sancionado la semana pasada por la justicia como beneficiario de una trama de sobornos a cambio de contratos, conocida como trama Gürtel.
“¿Está usted dispuesto a dimitir aquí y ahora? Dimita y todo terminará”, dijo Sánchez a Rajoy, que lo observaba desde su escaño con un rostro impasible. “Señor Rajoy, su tiempo acabó”.
El líder socialista, de 46 años, recordó a la cámara baja que la Audiencia Nacional cuestionó en su sentencia la declaración de Rajoy de que él y otros altos cargos no estaban al tanto de la contabilidad ilegal del partido.
En su respuesta, el presidente del gobierno dijo que no tiene sentido proponer una moción de censura con base en la sentencia del caso de corrupción porque “no incluye ningún castigo penal” para su partido.
“Todo el mundo sabe que Pedro Sánchez no va a ganar nunca las elecciones y esta es la razón de la moción: sus urgencias”, dijo Rajoy a los legisladores, recordando que los socialistas perdieron dos elecciones generales como Sánchez como candidato. Advirtió que su gobierno pondría en peligro la estabilidad financiera de España.
“Cuando ustedes abren la boca sube la prima de riesgo”, añadió.
La moción de censura se debatirá a lo largo de toda la jornada y se votará el viernes.
Mientras los dos principales partidos intercambiaban acusaciones de encubrir casos de corrupción en sus respectivas filas, todas las miradas estaban puestas en cómo el Partido Nacionalista Vasco, que gobierna esa próspera región del norte español, podría inclinar la balanza en cualquier dirección.
Sánchez necesita obtener una mayoría absoluta en la votación _ al menos 176 de los 350 escaños_ para derrocar a Rajoy. Se espera que el partido antiausteridad Podemos vote a favor de la propuesta socialista, que necesitaría al menos el respaldo de los cinco legisladores del Partido Nacionalista Vasco.
El proempresarial partido Ciudadanos _cuyo líder, Albert Rivera, se ha beneficiado de una ola de popularidad después de presionar a Rajoy por un enfoque más agresivo para aplastar el desafío separatista catalán_ se niega a apoyar a Sánchez porque quiere unas elecciones anticipadas lo más pronto posible.
La perspectiva de una elección en la que gane Ciudadanos, que favorece un mayor control central de las regiones autónomas de España, planteó un dilema para el partido regional vasco. Los nacionalistas han dicho que su prioridad será proteger los más de 500 millones de euros (585 millones de dólares) en inversiones adicionales y otros beneficios obtenidos del gobierno de Rajoy en las negociaciones del presupuesto nacional de este año.
Sánchez anunció el jueves que no tocará el presupuesto de Rajoy si es elegido para el puesto máximo.
Si los vascos se mantienen al lado de Rajoy, el presidente del gobierno probablemente enfrentará posteriores desafíos de censura, ya sea de Ciudadanos o de Podemos, en un intento por forzar unas elecciones generales inmediatas, posiblemente en el otoño.