En el país mueren al año 18 mil personas como consecuencia de la mala calidad del aire, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de las 10 mil o 15 mil muertes que se estima son provocadas por la inseguridad.
En tanto, a escala mundial la mortalidad prematura por la contaminación ambiental asciende a 4.2 millones, sostuvo Gustavo Alanís, director del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).
En Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, si se aplicara el criterio de la OMS sobre partículas suspendidas dejarían de morir prematuramente 2 mil 170 personas, y si se consideraran los estándares de la normatividad mexicana se evitaría la muerte de mil 317 personas. Esto significa que la aplicación de estos criterios salvaría a la gente de decesos prematuros tan sólo en esas tres ciudades, reporta la Estrategia Nacional de Cambio Climático.
Ahorros millonarios si se siguieran criterios de la OMS
También se refiere que si nuestra nación ajustara los niveles de concentración de contaminantes a los recomendados por la OMS, los ahorros serían muy significativos. En esas ciudades se dejarían de erogar 18 mil millones de pesos. Otro ahorro que se daría en el país sería por disminuir la morbilidad causada por la exposición a concentraciones de partículas, lo cual sería de casi 2 mil millones de pesos, mientras que si se redujera la provocada por el ozono, se economizarían cerca 4 mil 500 millones de pesos.
Otras estimaciones, son que por esa causa a escala nacional se destinan 728 millones de pesos a gasto en salud pública, aunque puede ser más, y las pérdidas anuales en productividad son de alrededor de 3 mil 396 millones de pesos, explicó por su parte Alanís.
Manifestó que es preocupante que la norma mexicana para regular la calidad de los combustibles de la Comisión Reguladora de Energía elevó el porcentaje de etanol (un biocombustible) en las gasolinas, lo cual no tiene impactos benéficos contra el ozono, principal contaminante en el valle de México.
En la presentación del reporte Los combustibles y la calidad del aire en México, Alanís recordó que el año pasado, sin evidencia científica, se modificó la norma para elevar los niveles de etanol como oxigenante en las gasolinas, esto preocupa por las consecuencias del riesgo de que el ozono aumente, con daños a la salud en todo el país.
Agregó que los biocombustibles (como el etanol) no tienen impactos positivos significativos en el ozono, no pueden emplearse como sustituto perfecto para las gasolinas, se ha demostrado que puede tener consecuencias negativas en el medio ambiente por el mayor uso de los recursos naturales.
Faltan estudios que determinen impacto de las gasolinas
Horacio Riojas, del Instituto Nacional de Salud Pública, consideró que hace falta realizar estudios locales para determinar cuáles son los impactos de las gasolinas con etanol en la salud humana, aunque dijo que la literatura evidencia que los altos niveles de ozono reducen la capacidad pulmonar en pacientes sanos y es más grave en niños, mujeres embarazadas y personas con enfermedades pulmonares.