La Iglesia católica se sumó este miércoles a un creciente coro de políticos, religiosos y defensores de derechos humanos que denuncian la separación de familias inmigrantes, al tiempo que el régimen de Donald Trump busca ampliar centros de detención para menores de edad.
El cardenal Daniel DiNardo, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), junto al obispo Joe Vázquez, presidente del Comité sobre Migración, condenaron la continuación del uso de la separación de familias en la frontera de Estados Unidos-México, así como una implementación de la política de cero tolerancia de este gobierno. El cardenal señaló que las familias son el elemento fundacional de nuestra sociedad y deben permanecer juntas (…) Separar a bebés de sus madres no es la respuesta y es inmoral.