El nuevo canciller de Ecuador, José Valencia, dijo el miércoles que el asilo del creador de Wikileaks, Julian Assange, en la embajada ecuatoriana en Londres no puede durar años, por lo que se busca un arreglo a su situación.
«Ecuador busca una solución a este problema, sí, porque en principio un asilo no es eterno, no se puede pensar en un asilo que dure por años y no haya un determinado punto en que esa situación se revea porque incluso eso es atentatorio con los derechos del asilado», manifestó el diplomático al canal ecuatoriano Ecuavisa.
Assange, de 46 años, se refugió en 2012 en la legación ecuatoriana en Londres para evitar ser extraditado a Suecia, que lo reclamaba para que enfrentara supuestos delitos sexuales que él niega.
El australiano, quien ese mismo año recibió asilo de Ecuador, teme dejar la embajada, ser detenido y acabar extraditado a Estados Unidos por haber difundido miles de secretos oficiales de ese país.
La justicia sueca abandonó la última causa por violación en mayo de 2017, pero un tribunal londinense rechazó en febrero pasado dejar sin efecto el mandato de arresto de Assange, aduciendo un incumplimiento de las condiciones de su libertad bajo fianza.
Valencia, quien hace poco reemplazó a la entonces canciller María Fernanda Espinosa -que en diciembre último anunció que Quito otorgó la nacionalidad ecuatoriana a Assange-, señaló que a su país «le corresponde honrar (…) los derechos que él tenga al estar dentro de la embajada».
«Lo que nosotros buscaremos e insistiremos es una solución al problema que encara el señor Assange, y por lo cual le llevó a estar asilado, en conversación con las autoridades inglesas», añadió.
En marzo, Ecuador cortó todas las comunicaciones «con el exterior» de Assange por continuar interfiriendo en asuntos de otros países y le advirtió que podría adoptar «nuevas medidas ante el incumplimiento del compromiso» del australiano de no inmiscuirse en esos temas.
Dos meses después el presidente ecuatoriano Lenin Moreno dispuso que se retire la «seguridad adicional» en la embajada en Londres una vez que se revelara que su antecesor y exaliado Rafael Correa (2007-2017) habría montado un costoso sistema de protección para Assange.
La administración de Correa puso cinco millones de dólares al servicio del dispositivo de seguridad en el que participó la Secretaría (ministerio) Nacional de Inteligencia (Senain) y una empresa que vigilaba a los visitantes de Assange, al personal de la embajada y a la policía británica, según una investigación de The Guardian y el portal ecuatoriano Focus.