“Turguénev, Aguas primaverales.”
En el presente mes Rusia se ha convertido en la atracción central del mundo, la sola gesta mundialista ha sido el motivo principal para acercarnos a conocer parte de la literatura rusa, pero además, en el vigente año los rusos están recordando con orgullo los doscientos años del natalicio del gran escritor Iván Turguénev, quien es considerado un clásico de las letras universales y concluimos la trilogía dedicada a Turguénev presentando su pequeña novela titulada: “Aguas primaverales.”
El amor narrado en las novelas: “Asia, El primer amor, y Aguas primaverales”, en las tres historias el desenlace no es el ideal, el amor es truncado por un absurdo abandono, por un desengaño fatal, trágico, o por una decisión inesperada, pero en las tres obras el amor logrará impregnar una característica muy particular y consiste que la huella de ese sentimiento le durará a los personajes toda la vida, es tan fuerte el recuerdo del amor perdido que estando en plena adultez nos platican la historia con una gran nostalgia, tal es el caso de como inicia la novela: “Aguas primaverales.”
“Se sumió en lentas reflexiones, inconexas y tristes. Meditó acerca de lo vano, de lo inútil, de la trivial falsedad de todo lo humano. Todas las épocas de su vida –acababa de cumplir cincuenta y dos años –desfilaron poco a poco ante los ojos de su pensamiento, y ninguna de ellas encontró misericordia. Era siempre la misma vana agitación, el mismo acarreo de agua en un cesto, el mismo afán de arrullarse –haga el niño lo que quiera, con tal de que no llore, como suele decirse –, unas veces inconscientemente y otras deliberada para que luego, de pronto, cuando menos se espera, surgiera la vejez y, con ella, ese temor a la muerte que crece constantemente, que todo lo corroe y lo zapa… luego, ¡zas, al abismo!”
Partiendo de esta descripción que podría parecer pesimista, dura, pero en el fondo realista e inevitable, el protagonista empieza a recordar las vivencias de su juventud, la historia de un amor que lo marcó para toda su vida. El personaje central se llama Dimitri Pávlovich, al momento de contarnos la historia es un hombre cercano a la vejez, pero sus recuerdos son de cuando tenía veintidós años, es decir, se encontraba en la flor de su juventud, heredero de cierta fortuna el joven decidió emprender un viaje por diversas ciudades europeas, y al mero estilo europeísta de Turguénev todo sucederá en Fráncfort, Alemania.
Dimitri conoció fortuitamente en esta ciudad alemana a la bella Gemma, de quien quedó enamorado al momento de conocerla, es importante señalar que en esta obra Turguénev hace que convivan diversas culturas, los personajes pueden comunicarse en varias lenguas como el francés, el griego, el alemán y naturalmente el ruso, e incluso la familia de Gemma es Italiana con muchos años de residencia en Alemania.
Dimitri fue bien recibido en casa de la familia de Gemma, lo único decepcionante fue cuando supo que la joven amada estaba comprometida y al poco tiempo le presentaron a su novio, aun así, convivía con toda la familia y un día salieron a comer a un poblado cerca de Fráncfort y sucedió que un General ebrio le faltó el respeto a la bella Gemma, Dimitri no tan solo la defendió, sino que retó a un duelo a muerte al General, el encuentro se llevó acabo pero al final el General reconoció que se había equivocado y todo quedo en santa paz.
El sucedo antes narrado hizo que Gemma terminara la relación con su prometido, la madre no aceptaba semejante decisión porque era una familia económicamente venida a menos y el novio de Gemma era un joven rico y con mucho futuro, la madre de Gemma llamada Leonora Roselli le pidió a Dimitri interviniera y convenciera a su hija de que no podía cancelar el compromiso nupcial, Dimitri no sabía cómo actuar ante semejante petición, se reunió con Gemma y le expresó lo siguiente:
“Querida Gemma: sabe usted cual era el consejo que me había comprometido a darle; sabe usted lo que desea su madre y lo que me había pedido, pero lo que usted no sabe, lo que ahora le digo, es que la amo a usted, que la amo con toda la pasión de un alma que ama por primera vez. ¡Este fuego que me ha abrazado de pronto, pero con tal fuerza, que no hallo palabras con que decirlo! Cuando su madre vino a pedirme que hablase con usted, apenas si ardía esa lumbre, sin la cual, como hombre honrado, no hubiera admitido esa comisión. La declaración que ahora hago a usted, también es la de un hombre honrado. Es preciso que sepa usted con quien trata: entre nosotros no debe existir malentendidos. Ya ve usted que no puedo darle ningún consejo. ¡La amo! ¡La amo! Y no tengo más que esto en la cabeza y en el corazón.”
Aquí empezará a desarrollarse una gran historia de amor, Dimitri fue totalmente correspondido y la pareja se impondrá a la inicial negativa de la madre de Gemma, e incluso obtienen el permiso para que contraigan matrimonio, por supuesto que previo a este consentimiento doña Leonora interrogó a su futuro yerno sobre sus propiedades, ingresos, etc. A Dimitri no le interesó el espíritu capitalista e interesado de su suegra, él amaba a Gemma y ella a él y eso era más que suficiente para ser feliz.
Una vez acordado el tema del casamiento, Dimitri decidió viajar a Rusia para vender sus propiedades y venir a casarse con su bello amor, en este contexto aparecerá María Nikoláevna, una bella y rica mujer, esposa de un amigo de Dimitri que posiblemente le comprará las tierras al joven para que se vaya a casar con su Gemma. María es una poderosa mujer acostumbrada a obtener todo lo que desea, cuando vio a Dimitri le gustó y hará hasta lo imposible por quedarse con él.
La historia es fascinante y hoy a doscientos años del natalicio del gran escritor ruso Iván Turguénev, tienen la oportunidad de rejuvenecerse en las Aguas primaverales.
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