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AP

Desde hace años, miles de indocumentados buscan ‘El Sueño Américano’ con el deseo de estudiar/trabajar para poder tener una mejor vida. Lamentablemente para estas personas cumplirlo no es nada fácil pues intentar cruzar el desierto de Arizona casi siempre implica una muerte segura.

Aunque los ‘coyotes’ piden el dinero por adelantado y les prometen un recorrido de un par de horas, la realidad es otra: el trayecto suele durar más de 9 y las condiciones climáticas son extremas.

Sin embargo, aunque no lo creas, existe una persona que puede cruzar la frontera tan fácil como cruzas tú la puerta de tu casa.

 

Eloísa Támez es una mujer mayor lipan apache, sus antepasados eran dueños de esas tierras un siglo antes de que una guerra impusiera el límite entre Texas y México.

Hasta hace un par de años, la señora gozaba de un inmenso terreno hasta donde alcanzaba ver el horizonte, pero esa situación cambió cuando una inmensa valla de 5.5 metros de altura bloqueó su visibilidad para marcar la frontera.

Es muy triste ver lo que sucedió a mi propiedad, que era valorada por mis padres, no por el dinero, sino por lo que la tierra producía para nosotros, porque mi padre era granjero», dijo Támez, profesora de enfermería de la Universidad de Texas a la agencia AP.

Ante la ‘violación’, como ella misma ha definido esta medida, las autoridades federales de Estados Unidos le dieron una llave que le permite abrir un portón que está en el muro para poder acceder al otro lado de sus tierras: 1,2 hectáreas de desierto salpicado de cactus  y mezquites.

Tristemente, esto es lo único que queda de las casi 5 mil hectáreas que le pertenecían a sus antepasados.

La profesora puso una demanda al Gobierno federal, pero la perdió y en 2009 fue obligada a recibir una compensación de 56 mil dólares, que prefirió donar a becas de enfermería a nombre de sus padres.

No es la primera vez que violan nuestros derechos al quitarnos nuestras tierras, en 1936 también hubo una apropiacion de terrenos de los lipán», señaló.

Situaciones como ésta podrían multiplicarse si Donald Trump tiene éxito en su proyecto de amurallar toda la frontera, un tercio de la cual ya está vallada gracias a una ley de 2006 impuesta por el entonces presidente George W. Bush.