Ahora resulta que el gobierno tiene bajo custodia a unos 3 mil niños separados de sus padres –mil más de los que informó en un principio– a los que promete reunir con sus padres en los próximos días por una orden judicial, mientras el presidente Donald Trump culpó de nuevo al Congreso por toda la crisis migratoria que él provoco, y sugirió que hay que sacar sin el debido proceso judicial a los que pongan un pie en el césped de este país.
El régimen de Trump afirmó ayer que cumplirá con la orden de un juez federal de reunir a un poco menos de los 3 mil niños –incluidos 100 menores de cinco años de edad– a quienes separó de sus padres en la frontera como parte de su política de tolerancia cero en los meses recientes.
Pero eso podría implicar que encarcelará juntas a las familias inmigrantes que crucen la frontera con México, incluyendo a quienes han solicitado asilo y que antes de esta política por lo regular estaban libres bajo ciertas condiciones y vigilancia mientras esperaban su proceso.
Luego de asegurar hace una semana que el gobierno federal sabía exactamente dónde estaba cada niño inmigrante separado bajo su supervisión, el secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, informó ayer a reporteros que hay menos de 3 mil, comparado con el número que ofreció la semana pasada de 2 mil 47. Explicó que el cambio de número era resultado de una revisión de los casos manejados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) durante un periodo más extendido.
El cambio en el número –podrían ser más de 4 mil– combinado con un flujo constante de testimonios y quejas de familias, abogados, agrupaciones de apoyo e investigaciones periodísticas que documentan la ausencia de un sistema efectivo para ubicar, comunicar y reunificar a familias, continúa generando dudas sobre si se sabe dónde y cómo están los niños.
La ola de condenas que estas prácticas generaron dentro y fuera de Estados Unidos obligaron a Trump a revertir por lo menos la práctica de separación. La semana pasada, el juez federal Dana Sabraw ordenó reunir a todos los niños en un plazo de 30 días (que vence el 26 de julio), y los menores de cinco años edad en un plazo de 15 días (el próximo martes).
Azar recordó que el HHS tiene aproximadamente 11 mil 800 niños inmigrantes bajo su supervisión; 80 por ciento de ellos ingresaron al país como menores no acompañados.
El HHS recibe a los menores de las agencias de control migratorio (ICE, Patrulla Fronteriza) dentro del Departamento de Seguridad Interior y los aloja en albergues privados que operan bajo contrato y supervisión del gobierno; el objetivo final es colocarlos con familiares o guardas.
Azar informó que el HHS está realizando un enorme esfuerzo para identificar a los menores que fueron separados de sus familias, comprobar parentesco (incluyendo pruebas de ADN), y examinar el historial de los padres para asegurarse que no representan un peligro para sus hijos (no hizo referencia a ninguna ironía potencial en todo esto). Una vez reunificados con sus padres, las familias estarán bajo control del Departamento de Seguridad Interior.
Pero a pesar de la condena a la política de cero tolerancia que criminaliza a todos los que crucen la frontera sin permiso, aun si están solicitando asilo, Trump; el procurador general, Jeff Sessions, y otros funcionarios del régimen han reiterado que esa política sigue vigente. Este jueves, en un tuit, el presidente culpó de nuevo al Congreso por todo el desastre migratorio y no sólo rechazó como solución nombrar a más jueces de migración, sino que también rehúsa mantener un proceso legal para inmigrantes.
“Cuando la gente, con o sin niños, ingresa a nuestro país, se le debe decir que se vaya… Hay que decirles a estas personas ‘fuera’, y tienen que irse, igual como si estuvieran parados en el césped de tu casa”, tuiteó Trump.
La secretaria de Seguridad Interna, Kirstjen Nielsen, fue a visitar partes del césped de la casa estadunidense en un viaje medio secreto a Texas a finales de la semana pasada; acudió a centros de detención donde se encuentran encarceladas madres cuyos hijos han sido separados, reportó The Intercept. Durante la visita, las madres detenidas fueron trasladadas a un campo distante, donde algunas intentaron gritarle que necesitaban su ayuda, pero estaban demasiado lejos para que ella las escuchara.
Por el momento todo indica que el gobierno tiene la intención de sustituir su política de separación de niños con una de encarcelar de manera indefinida a todos juntos, mientras proceden sus casos, muchos de los cuales son solicitantes de asilo, continuando de esta manera con su política de tolerancia cero.
Sin embargo, continúa la batalla legal sobre las medidas antimigrantes del gobierno para frenar partes de esta política. Por ejemplo, el lunes pasado un juez federal ordenó el fin del arresto arbitrario masivo de solicitantes de asilo en varias de las oficinas de la agencia de control migratorio ICE.
Mientras tanto, madres y padres siguen sin saber dónde están sus hijos; no saben si ceder ante el chantaje oficial de que a cambio de que abandonen sus solicitudes de asilo serán reunidos con sus hijos para ser deportados juntos, o si regresar solos y dejar a sus hijos aquí para ver si logran tener una mejor vida. Todo al enfrentar una política que algunos expertos equiparan con tortura y que pediatras dicen ocasionará daños irreparables a los niños.
La carta de una madre en detención informa que sólo ha logrado hablar con su hijo del cual fue separada tres veces, y la última vez me dijo que está triste y (me preguntó) qué cuándo vamos estar juntos y eso me parte el alma. Queremos justicia y que nos reúnan con nuestros hijos pronto. Somos seres humanos y habemos muchas madres sufriendo, reportó Los Ángeles Times.