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EFE

Antoine Griezmann dice en su cuenta de Instagram: “Tomate un mate y olvídate”, como si uruguayo fuera, tal es así que la conferencia de prensa, cuando ya era campeón mundialista, la dio con la bandera de Uruguay.

Un periodista le alcanzó la bandera y como él quiere tanto al “paisito”, fruto de haberse hecho amigo de Carlos Bueno en la Real Sociedad, no dudó en estar todo el encuentro con periodistas con la bandera.

“Con él empecé a tomar mate todos los días, me aficioné al fútbol uruguayo y a ver los partidos de Peñarol”, contó Antoine, que hoy tiene 27 años, está casado con la española Erika Choperena y ambos son padres de una niña llamada Mía.

La selección francesa llegó con varias dudas al Mundial de Rusia, bueno, dudas para afuera, pareciera ser que el técnico Didier Deschamps sabía exactamente lo que quería y a él no le importó lo que en su país fue una polémica que hoy tiene solución: ¿Por qué no lleva a Karim Benzema?

De lo que nunca se dudó es de la camiseta 7, con Antoine Griezmann, un jugador de lo más simpático, que habla español y que juega en el Atlético de Madrid, a las órdenes de Diego Simeone, “El Cholo”.

“Tengo la suerte de trabajar con el mejor entrenador en lo defensivo, veo cosas sobre el terreno, trato de decirlas, de enseñarles a mis compañeros, así como ellos pueden enseñarme ofensivamente pequeñas cosas. Tengo la suerte de jugar con el Cholo, así que doy consejos y astucias para reordenarnos defensivamente”, dijo en la famosa conferencia de prensa.

La conferencia de prensa y su buen decir. Foto: David Vincent / AP

Ahora andan videos de él, tomando autógrafos de la selección con Thierry Henry y Zinedine Zidane, que fueron los primeros campeones del mundo para una Francia que ayer como hoy echó mano de los jugadores negros (como Kylian Mbappé, ese jovencísimo que es el futuro de todo el futbol).

Tal es así que el líder ultraderechista Jean Marie Le Pen quería que ganara Croacia (todos rubios, todos con el pelo cortado a lo punk) sobre Francia y se llevara el Campeonato Mundial.

“Si los franceses ya no sirven para representar a Francia”, se lamentó Le Pen, criticando a los franceses que no son como él, en un equipo donde 14 jugadores tenían origen africano.

“El equipo francés siempre ha tenido jugadores de países africanos o sus territorios y ha sido bueno no solo para el futbol sino para todo el deporte francés. Estos están orgullosos de ser franceses pero por su origen y su niñez tienen amigos, familia en diferentes países”, dijo Deschamps.

Nadie lo quería hacer ingresar a su club porque era chaparrito. Hoy es campeón del mundo. Foto: Matthias Schrader / AP

Volviendo a Antoine, tiene un espectacular desarrollo con pelota parada, haciéndose esencial en los tiros libres, una gran capacidad defensiva, aunque lo suyo es hacer goles y una solidaridad a prueba de cualquier publicidad o mala onda.

Cuando estuvo a punto de entrar al Barcelona, Lionel Messi y Luis González (muy amigos entre ellos) pusieron una frontera para que Antoine no pasara. No lo quiere a Messi, lo decepcionó profundamente, pero tiene amigos uruguayos como Diego Godín y Josema Giménez, que comparten con él el vestuario del Atlético.

Es bajito (mide 1,76 metros) y casi nadie lo quería contratar, pero este año gana el Balón de Oro, casi seguro.