Desde políticos hasta actores y artistas, las historias de celebridades de alto perfil que son sorprendidas engañando a su pareja con frecuencia son noticias de primera plana. Muchos creemos que una pareja está para brindar amor, comodidad y seguridad. Por eso, lo primero que hacen las personas es juzgar y culpar a quien haya cometido lo que es considerado como una traición enorme de confianza. La infidelidad destaca la posible fragilidad de nuestras relaciones más cercanas y más importantes.
Sin embargo, a pesar de la creencia contundente de que la infidelidad es el resultado de personas inmorales y extremadamente sexuales que quieren tener todo en la vida, la realidad está llena de matices. Por ejemplo, la infidelidad rara vez sólo se trata de sexo. De hecho, cuando se trata de infidelidad puramente sexual, la incidencia entre los estudios es de alrededor del 20 por ciento de todas las parejas. Sin embargo, esta tasa aumenta aproximadamente a un tercio de las parejas cuando se incluye la infidelidad emocional.
Tener una aventura, por lo general, es una señal de que las cosas no van bien con la relación de alguien. Sin las habilidades necesarias para resolver los problemas, una persona puede involucrase en una aventura para tratar de satisfacer sus necesidades de manera errónea, ya sea por intimidad, por sentirse valorado, por experimentar más sexo, y así sucesivamente. Por lo tanto, la persona ve una relación alternativa como una mejor manera de satisfacer estas necesidades que su relación existente.
¿Por qué la gente es infiel?
Existen muchos estudios sobre por qué las personas son infieles. Algunos demuestran que las personas que carecen de rasgos tales como la complacencia y la conciencia son más propensos a ser sexualmente promiscuos, al igual que aquellos con mayor nivel de características neuróticas y narcisistas. Otros estudios comprueban que la infidelidad es más probable que ocurra entre personas que tienen opiniones menos restrictivas sobre el sexo, como que no tiene que limitarse a una pareja sexual.
Otros factores importantes se relacionan con el compromiso de las personas con su pareja y la satisfacción de las relaciones. Aquellos con un nivel bajo de estas medidas parecen tener más posibilidades de tener una aventura amorosa. Estudios recientes sugieren que uno de los mayores predictores de tener una aventura es haber tenido una antes.
Una encuesta de 5 mil personas en el Reino Unido encontró paralelismos sorprendentes entre los motivos de infidelidad de hombres y mujeres, y ninguno de los dos priorizó el sexo. Las cinco razones principales para las mujeres se relacionan con la falta de intimidad emocional (84 por ciento), falta de comunicación entre parejas (75 por ciento), cansancio (32 por ciento), una historia mala de sexo o abuso (26 por ciento) y falta de interés en el sexo con la pareja actual (23 por ciento).
Para los hombres, las razones fueron falta de comunicación entre las parejas (68 por ciento), estrés (63 por ciento), disfunción sexual con la pareja actual (44 por ciento), falta de intimidad emocional (38 por ciento) y la fatiga crónica (31 por ciento).
Entonces, si tenemos dificultades para comunicarnos de manera genuina con nuestra pareja, o no nos hace sentir valorados, es más probable que seamos infieles. La gente necesita invertir tiempo y energía en sus relaciones. Experimentar cansancio crónico durante muchos años significa que la capacidad de esforzarse lo necesario para mantener una relación fuerte también se ve comprometida.
Mientras que algunas parejas tienen otras razones, como un deseo más grande de tener relaciones sexuales, la mayoría habla de problemas que residen dentro de la pareja o fuera de la relación. Estos últimos pueden ser factores estresantes que desafían la capacidad de la pareja de hacer que la relación funcione.
Si tienes dificultades para relacionarte, recibir ayuda de un terapeuta puede reducir los factores de riesgo que pueden llevar a la infidelidad.
¿Cómo lidiar con una infidelidad?
Algunas personas eligen mantener su romance en secreto porque quieren que continúe, sienten demasiada culpa o creen que están protegiendo los sentimientos de su pareja. Pero el secreto sólo hace que la traición se prolongue. Si alguien está convencido de arreglar su relación existente, entonces es necesario que diga la verdad y busque orientación profesional para apoyar a su pareja en el periodo difícil hacia la recuperación.
La mayoría de los terapeutas de relaciones sugieren que los problemas relacionados con la infidelidad se pueden mejorar a través de la terapia. Pero también informan que la infidelidad es uno de los problemas más difíciles de tratar cuando se quiere reconstruir una relación.
Existen varios enfoques basados en la evidencia para tratar la infidelidad, pero la mayoría reconoce que la persona traicionada puede experimentar el acto como un trauma que viola la hipótesis fundamental de su pareja, como la confianza y la creencia de que la pareja está ahí para brindar amor y seguridad en lugar de infligir daño.
Sin embargo, no solo la persona traicionada puede experimentar problemas de salud mental. Las investigaciones han descubierto que, cuando se revela la infidelidad, ambas personas pueden experimentar problemas de salud mental, como ansiedad, depresión y pensamientos de suicidio. También puede haber un aumento en la violencia emocional y física dentro de la pareja.
Es por eso que una pareja debe buscar ayuda profesional para lidiar con las secuelas de una infidelidad, no sólo para tratar de sanar su relación sino también para su propio bienestar psicológico.
Hay muchas formas de aconsejar a las parejas después de una infidelidad, pero en general, se trata de abordar los problemas que propiciaron y perpetuaron la infidelidad. Uno de los métodos más investigados para ayudar a una pareja a corregir estos problemas consiste en abordar el impacto inicial de la infidelidad, desarrollar una comprensión compartida del contexto de la infidelidad, perdonar y seguir adelante.
Decidir si quedarse o irse cuando alguien es infiel
En general, la terapia parece funcionar para alrededor de dos tercios de las parejas que han experimentado la infidelidad. Si dos personas deciden permanecer en pareja, deben identificar sus errores y comprometerse a trabajar en ellos.
También es vital restablecer la confianza. El terapeuta puede ayudar a la pareja a reconocer las áreas de la relación en las que la confianza ya se ha reconstruido. Luego, la persona traicionada puede exponerse progresivamente a situaciones que le brinden mayor seguridad para confiar en su pareja sin tener que vigilarla constantemente.
Sin embargo, si la terapia funciona para dos tercios de las parejas, hay otro tercio que no experimentan mejoría. En esos casos, si la relación se caracteriza por tener conflictos sin resolver, hostilidad y falta de interés mutuo, lo mejor podría ser terminarla. En definitiva, las relaciones cumplen la función de satisfacer nuestras necesidades de amor, comodidad y seguridad.
Estar en una relación que no satisface estas necesidades es considerado problemático y disfuncional desde cualquier punto de vista.
Sin embargo, terminar una relación nunca es fácil debido al vínculo que desarrollamos con nuestra pareja romántica. Aunque en algunas relaciones, nuestras necesidades de apego tienen menos posibilidades de cumplirse, eso no nos impide creer que nuestra pareja (algún día) satisfará nuestras necesidades.
El final inminente de una relación nos llena de lo que se denomina «angustia por separación». No solo lamentamos la pérdida de la relación (no importa cuán buena o mala sea), sino que nos preocupa encontrar a otra persona que satisfaga nuestras necesidades.
El período de angustia de separación varía de persona a persona. Algunos pueden creer que vale la pena celebrar el final de una relación tóxica, pero aún así experimentarán angustia de cualquier forma. Si la pareja decide terminar la relación y todavía están en terapia, el terapeuta puede ayudarlos a superar su decisión de una manera que minimice los sentimientos de dolor.
Así que la infidelidad tiene que ver menos con el sexo y más con los asuntos del corazón, y con una búsqueda equivocada de satisfacer las necesidades de la relación. El problema es que algunas personas optan por buscar las necesidades de su relación en los brazos de otro, en lugar de trabajar en su relación existente.