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La Jornada

La sonorense Ana Gabriela Guevara, quien como competidora rompió esquemas y pasó a la historia como una de las mejores deportistas de México, va en busca de continuar con su leyenda, pero ahora como responsable del deporte del país.

En una sala alterna dentro del Senado de la República, recinto del cual se despedirá como política para dar paso a otra de sus facetas dentro del deporte, su pasión; Ana Gabriela Guevara aseveró que asume un gran reto en la historia del país.

“Vaya reto, está interesante este nuevo reto, es historia en muchos sentidos. En lo personal y también en la transición de gobierno, es el primer gobierno de izquierda que llega al poder y pone en otro contexto al país”, afirmó.

Guevara Espinoza, originaria de Nogales, Sonora, comenzará a finales de este año otra parte de la historia cuando asuma la dirección de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), organismo al que llega como la primera mujer en ocupar ese cargo.

“No gana Ana Guevara, sino gana el país”, aseveró la medallista olímpica de Atenas 2004, donde hizo vibrar al país en los 400 metros planos en una final ante su acérrima rival, la bahameña Tonique Williams-Darling.

En entrevista con Notimex, la exsenadora comentó que ha llegado el momento de gobernar un país de manera distinta y no duda que tanto ella como toda la gente que se sume al gabinete del ahora presidente electo Andrés Manuel López Obrador, lo hará con esa misión.

“Se llega con la ilusión de trabajar. Todos los que somos parte del gabinete vamos con ese objetivo y vamos a seguir con la historia para que acompañe todo esto”, destacó.

Señaló que el deporte nacional no ha sufrido cambios sustanciales de cuando ella era competidora, “aquel ejercicio que hice en el 2008 cuando anuncié mi retiro e hice comentarios al presidente del país en aquel entonces, no ha cambiado mucho, la petición y el sentir de los atletas sigue siendo muy similar a lo que me tocó ver”.

Enfatizó que tiene aspectos similares a lo que le toco vivir cuando Ana Gabriela Guevara paralizaba al país cuando saltaba a las pistas atléticas de los Campeonatos del Mundo, Copas del Mundo o Grand Prix.

“Tal vez en temas muy simples, pero de fondo no hay nada de cambios. Problemáticas persisten, las dinámicas persisten, los hechos se manifiestan de la misma forma, falta de uniformes, relación de atletas con la autoridad, persisten. Debemos ayudarnos todos y no porque llegue yo todo va a cambiar”, expuso.

Refirió que no se requiere de una “varita mágica” para cambiar las cosas, sino de sumar voluntades para hacer esas modificaciones, “para obtener resultados, pero no sólo en medallas en eventos internacionales, sino también en lo local, en lo inmediato como la salud deportiva de la población”.

Mencionó que el tener el apoyo de los atletas por su designación, la motiva, “pongo en la mesa darle voz y no acallarlos con el afán de que tenemos la razón, que no vuelva un grito desesperado como lo hicieron ver conmigo”.

Destacó que cuando supo de su nombramiento, “me sentí bien, feliz, con muchas ilusiones y retos personales y colectivos. De poder cristalizar un sueño personal, pero también de poder contribuir a este gran país”.

Fue en 2012 cuando la exvelocista tuvo el primer esbozo de esta realidad, “se me dijo que de ganar tenía que dejar el senado para irme a Conade, me lo pidió (Andrés Manuel) en aquel entonces y desde ahí pensé que se podía repetir”.

“El estar en el Senado fue una dinámica importante, pero mi pasión sigue siendo la parte deportiva. No es una competencia, solo tengo el honor de servir a mi país desde otra posición”, expresó.

Apuntó que el presidente electo Andrés Manuel López Obrador es un apasionado del deporte, “le gusta el beisbol, y sabe que se debe regresar al país la esencia, de masificarlo para llevarlo a la población”.

Explicó que se deben analizar varias plataformas para el deporte y desde luego estudiar las ya existentes como la Olimpiada Nacional, el cual ha dejado de ser parte fundamental en el desarrollo deportivo del país.

“Debemos valorar qué papel va a jugar la Olimpiada Juvenil, que factibilidad tiene de seguir y optimizar recursos, cómo darle un resurgimiento, si se seguirá llamando igual o cambiará de nombre o regresamos al modelo anterior. A ver qué hacemos, es cuestión de analizar”, concluyó.