El estratega argentino José Néstor Pekerman finalizó hoy su ciclo al mando de la Selección colombiana después de más de seis años de trabajo en el que devolvió la gloria y la confianza a una selección sumida en fracasos durante 16 años.
“Agradecerle a todos como lo he dicho en cada uno de los partidos, en cada gol que hacíamos o cada triunfo yo decía que quería abrazar a cada uno de los colombianos y eso lo he sentido permanentemente desde el primer día hasta este momento”, dijo Pekerman en su última rueda de prensa como seleccionador cafetero.
Sin embargo, este paso por Colombia le dejó un lazo aún más fuerte con el país, el nacimiento de su hija mayor, Vanessa.
Después de terminar su carrera como jugador y de lidiar con problemas económicos que lo llevaron incluso a trabajar como taxista en su país, Pekerman volvió a conectarse con el fútbol pero como entrenador, trabajo en el que se volvió especialista en selecciones juveniles.
En esa nueva etapa de su vida profesional fue campeón en tres mundiales de la categoría sub’20: en Catar 1995, Malasia 1997 y Argentina 2001.
Sus resultados, sumados a la disciplina y paciencia para manejar a los futbolistas lo llevaron a que la selección absoluta de su país lo eligiera como director técnico para el Mundial de Alemania 2006, en el que clasificó a los cuartos de final, posición que según él no era suficiente y decidió renunciar en medio de críticas por dejar en el banquillo a Lionel Messi, quien apenas iniciaba su carrera.
Después de su primera experiencia con una selección de mayores pasó al fútbol mexicano, donde dirigió al Toluca y a los Tigres UANL.
Tras dos años de descanso y después de recibir ofertas para dirigir las selecciones de Estados Unidos, Australia, Japón y Chile, y de clubes como Boca Juniors, Sporting Lisboa o Burdeos, el entrenador argentino arribó a Colombia en enero de 2012.
El objetivo de su primera etapa con Colombia era volver a clasificar a la selección para un mundial después de 16 años de ausencia y fracasos y lo logró con ímpetu, pues lo hizo como segundo de la eliminatoria suramericana, después de su país natal.
En su primer proceso con Colombia, Pekerman dirigió 28 partidos de los cuales ganó 18, empató seis y perdió cuatro.
Ya durante el Mundial de Brasil 2014 reafirmó el buen trabajo hecho en las eliminatorias y llegó por primera vez a cuartos de final, convirtiendo al equipo en una de las gratas sorpresas del torneo con figuras como el goleador James Rodríguez.
Finalizada esa primera etapa, el país aguardó con esperanza que las directivas del fútbol local renovaran el contrato del estratega, sueño que se materializó en agosto de 2014 con el objetivo de repetir la hazaña lograda en el país carioca.
No obstante, el nuevo ciclo de Pekerman no inició como se esperaba y sumó su primer fracaso durante la Copa América Chile 2015, en el que fue eliminado en octavos de final después de clasificar como uno de los dos mejores terceros mostrando un juego diferente al virtuoso que enamoró en Brasil.
La oportunidad para reivindicar esta actuación se dio solo un año más tarde, en la Copa América Centenario de Estados Unidos.
En ese certamen Colombia demostró un juego mucho mejor al visto en Chile y que le bastó para ubicarse en la tercera posición tras derrotar a la selección local, aunque sin recuperar el nivel de dos años atrás.
Para la eliminatorias de Rusia 2018 el equipo dirigido por Pekerman siguió sin levantar cabeza y se clasificó en el último partido a su sexto mundial, al ocupar la cuarta posición de las eliminatorias suramericanas con 27 puntos, al borde de la repesca e incluso la eliminación.
Ya instalados en Rusia, los dirigidos por Pekerman enfrentaron a Japón, Senegal y Polonia, y avanzaron a la segunda fase con seis puntos y como primeros del grupo H, después de tres partidos en los que tuvo picos y descensos en su nivel futbolístico.
Para los octavos de final, Colombia se midió con Inglaterra y quedó eliminado por los cobros desde los doce pasos y desde ese momento algunos sectores del país daban por hecho que el ciclo del argentino había llegado a su fin.
Tal predicción se confirmó hoy y de esa forma se selló un ciclo en el que la selección volvió a unir un país y a generar esperanza en la afición después de un periodo extenso en el que Colombia no era favorita.
Ahora, con la salida de Pekerman se siembra un manto de duda sobre quién será el encargado de tomar las riendas de la selección y seguir con la ruta de buenos resultados cosechada por el argentino, pues las opciones que más se acercaban para el cargo ahora dirigen los combinados de Chile y Paraguay.