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La Economía Hoy

Aeroméxicoinformó que separó de la empresa a tres pilotos por violar los protocolos de operación durante el vuelo 2431 que se desplomó en Durango en julio.

A través de un comunicado, Andrés Conesa, director general de Grupo Aeroméxico, señaló que independientemente de las evidencias de la Comisión Investigadora que atribuyó el accidente a un factor climatológico, “se reveló que la conducta de los tres pilotos en la cabina de mando no se llevó a cabo conforme a los protocolos establecidos, violando deliberadamente las políticas, manuales y procedimientos de nuestra compañía”.

“Este tipo de comportamiento es inaceptable y no vamos a tolerar, por ningún motivo, que la conducta de estas personas pinga en riesgo la confianza que nos brindan más de 20 millones de clientes”.

DETECTAN “SESIÓN NO AUTORIZADA”

El director general de Aeronáutica Civil, Luis Gerardo Fonseca, dijo que la comisión investigadora del accidente que sufrió un avión de Aeroméxico en Durango, dio a conocer que se detectó la presencia de una sesión de entrenamiento no autorizada, donde el piloto en entrenamiento ocupó la posición del copiloto.

En entrevista televisiva para el programa Despierta, comentó que este tercer piloto, con la aprobación y el acompañamiento del comandante de la aeronave, inició el procedimiento de despegue y llevó los controles hasta que el comandante le solicitó y asumió el mando total de la aeronave.

En el informe de la comisión investigadora, señaló Fonseca, no hay indicios de fallas humanas que hubieran provocado el accidente porque no tuvieron información previa que les hubiera llevado a diferir el despegue, y porque los ejercicios de simulación que se realizaron llegaron todos al mismo resultado.

Sin embargo, dijo, este hallazgo de una sesión no autorizada lleva a que tomar medidas para iniciar los procedimientos administrativos, ya que el comandante tiene obligación legal de mantener la seguridad de la aeronave y llevar la dirección de la operación de la misma.

“Por ello es que estamos iniciando el proceso administrativo, para deslindar responsabilidades o en su caso aplicar las sanciones correspondientes”, además de solicitar a las aerolíneas modificar los manuales para poner mayor control de acceso a cabinas y asegurar una mayor concentración y disciplina en la cabina.

Añadió que si bien la sesión no autorizada no es la causa del accidente, pues en los siete ejercicios de simulación realizados el resultado en todos es el mismo, “nos llama la atención el tema de seguridad operacional” que se presenta en este caso.

El proceso de investigación, explicó, busca dar una certeza mayor en torno a las causas del accidente, lo cual implica tener información confirmada por varias fuentes, por lo que en este caso toda la información de los lectores de voz y del ejercicio de simulación se envió a Estados Unidos y Brasil.

“Buscamos que todos los equipos de trabajo confirmen las situaciones para que podamos tener un grado de certeza mayor y las recomendaciones para que una situación así se pueda prevenir en el futuro”.

Asimismo, indicó que el proceso administrativo que se inició, en caso de detectar que hay alguna responsabilidad, como aparentemente se señala, establece sanciones que van desde las económicas hasta la eventual cancelación de la licencia.

Mientras que la aerolínea tiene la figura establecida de un protocolo para llevar a cabo estas sesiones, “por lo cual, en principio, el procedimiento administrativo va contra los miembros de la tripulación que llevaron a cabo esta sesión no autorizada”.

Respecto a la causa del accidente, añadió que Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) cuenta con dispositivos y especialistas en meteorología que hacen una evaluación periódica y dan aviso a las tripulaciones y autoridades aeroportuarias sobre los eventos que pudieran afectar la seguridad de las operaciones.

Sin embargo, en este caso se presentó el fenómeno conocido como micro ráfaga, que es una columna que desciende de manera muy fuerte y al impactar con el suelo irradia ráfagas de viento y agua en todas direcciones, la cual puede durar de dos a cinco minutos, y en este caso duró entre dos y tres minutos.

Mientras que su diámetro no supera los cuatro kilómetros, “por ello es que no necesariamente es detectado con la tecnología, en virtud del poco alcance geográfico y su rapidez, lo que provoca que una alerta no pueda ser recibida a tiempo para abortar una operación de aterrizaje o despegue”.