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El Financiero

China quiere que su moneda, el yuan, juegue un papel de liderazgo en el comercio y las finanzas mundiales, en línea con su influencia económica, sin embargo, la internacionalización del yuan enfrenta vientos en contra, pues ha estado depreciándose, afectado por una economía debilitada y la guerra comercial con Estados Unidos.

En este sentido, el dólar estadounidense seguirá siendo la moneda de reserva global dominante en el futuro, a pesar del progreso gradual del yuan, y seguirá desempeñando un papel importante en la visión crediticia de Moody’s en Estados Unidos.

De acuerdo con Colin Ellis, director de crédito de la agencia, la transparencia de los mercados financieros de Estados Unidos y la estabilidad, así como la previsibilidad de la política monetaria de la Reserva Federal refuerzan el legado de refugio que tiene el dólar estadounidense.

“En general, la clasificación de las monedas de reserva mundiales ha mostrado pocos cambios en la última década. A pesar de ver la mayor caída proporcional, el euro ocupa el segundo lugar con una participación del 20 por ciento, el dólar mantiene la posición más alta con una participación actual del 63 por ciento. La demanda futura de euros dependerá de la fortaleza de sus instituciones y de los mecanismos de mitigación de riesgos”, destacó Ellis.

Por otra parte, el aumento de los vínculos entre China y otros países aumentará el uso del yuan como medio de intercambio, pero una apertura más amplia de la cuenta de capital de China requeriría una reestructuración del sistema financiero de China.

Un logro importante del yuan ocurrió en 2016, cuando se unió a las filas del dólar, el euro, el yen y la libra esterlina como parte de los Derechos Especiales de Giro (SDR, por sus siglas en inglés) del Fondo Monetario Internacional, un activo de reserva internacional. Pero también hubo algunos baches, sobretodo en 2015, cuando las autoridades devaluaron repentinamente la moneda después de empujarla constantemente durante años, lo que desencadenó una ola de ventas en los mercados globales.

En general, Moody’s espera que las monedas de reserva se aprecien durante una crisis financiera, en la medida que aumenta la demanda por refugio. Sin embargo, este no fue el caso de la libra en la crisis anterior, lo que sugiere que su estado como reserva se basa en su posición heredada de la era colonial.