Alrededor de dos mil personas se manifestaron en las calles de Barcelona para volver a reclamar el fin de la represión y la liberación de los “presos políticos”. Las protestas se organizaron al cumplirse un año de las movilizaciones con las que los secesionistas intentaron impedir que una delegación judicial se incautara documentos de la Consejeria de Economía del gobierno catalán, entonces presidido por Carles Puigdemont, actualmente refugiado en Bélgica y acusado de los delitos de rebelión, malversación y desobediencia en los tribunales españoles.
Hace un año que registraron unos hechos que marcarían el futuro del movimiento independentista y de dos figuras cruciales de su organización, Jordi Sánchez y Jordi Cruixart, presidentes de Òmnium Cultural y de la Asamblea Nacional Catalana, respectivamente. Tras la intervención judicial decidieron convocar a sus bases en la sede de La consejeria de Economía para expresar su rechazo a la intervención.
Ese hecho precipitó la primera actuación judicial contra los lideres del independentismo catalán y fueron acusados de varios delitos, con lo que tras ser detenidos unos días después de la intervención se encuentran recluidos desde entonces en la prision de alta seguridad de Soto Del Real. Son los dos de las nueve dirigentes separatistas que más tiempo llevan en prision y son además los únicos que proceden de la sociedad civil.
La movilización de hoy en Barcelona congregó a cerca de dos mil personas, que portaban banderas independentistas y gritaron consignas contra el Estado español y la justicia “franquista” y “vengativa”. Al final de la marcha cantaron el himno catalán y gritaron varias veces “independencia”.