La Casa Blanca insistió el lunes que no busca derrocar al régimen religioso de Irán, al tiempo que defendió las sanciones y una política de «presión máxima» sobre Teherán.
«Como he dicho de manera repetida, el cambio de régimen en Irán no es la política del gobierno», dijo a reporteros el asesor de seguridad nacional, John Bolton, al margen de los trabajos previos de la Asamblea General de la ONU, que empieza el martes en Nueva York.
«Hemos impuesto sanciones muy estrictas sobre Irán, vienen más y lo que esperamos de Irán es un gran cambio en su actitud», añadió Bolton, al acusar a Irán de desestabilizar el Medio Oriente.
«Hasta que esto suceda, continuaremos ejerciendo lo que el presidente ha llamado una presión máxima», señaló.
De su lado, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, subrayó que durante su discurso en la máxima tribuna de la ONU previsto para el martes, el presidente Donald Trump hará una «fuerte» condena a la actitud de Teherán.
Antes de partir hacia Nueva York, el mandatario de Estados Unidos no descartó un rencuentro con su homólogo iraní Hasan Rohani, en el margen de la Asamblea General.
«¿Desean hablar? eso depende de ellos, no de mí», dijo el presidente estadounidense que anunció en mayo el retiro de Estados Unidos del acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Teherán y las grandes potencias mundiales.